Nuestro sistema judicial requiere de pruebas sólidas para juzgar, ¿pero qué pruebas puede tener una mujer que decide hablar después de un par de años, más que su palabra? ¿Por qué una víctima decide un día después de un largo tiempo contar su historia?
A menudo uno sabe que la gente actúa mal, sin embargo, no pregonan lo que no son. Incomoda y causa absoluto disgusto en una víctima, ver a su victimario abanderar luchas a favor y en pro de las mujeres. Por alguna extraña razón, no todas las mujeres se empoderan y dejan el miedo al lado, por lo general cuando se habla, se obtiene mucha solidaridad, pero también se encuentra uno, ante esas malas voces a fin a al victimario, que salen a juzgar, a cuestionar, a desmeritar y tratan de anular lo que uno vivió. No es simple ser la primera en salir a denunciar, pero cuando uno lo hace, comienza un movimiento que impulsa a otras a contar lo vivido.
Las mujeres dentro del circulo de la izquierda radical, odian a las que se atreven a denunciar y cuando a ellas les pasa, deciden callar para no salir del circulo que se creen los dueños de la moral, los defensores de las causas sociales, ellas solo callan y permiten que trapeen el suelo por donde pasa el macho. A lo largo de estos años, las he visto, conozco sus historias y analizo su silencio y solo me causa pesar. Por ello, felicito a la columnista pro izquierda que se atrevió a denunciar a Hollman Morris, el cocainómano y maltratador de mujeres, aplaudo la valentía de su esposa y su ex trabajadora en el concejo por decidir que era tiempo de hablar. Me llamó la atención que el cínico de Hollman Morris, las hubiera demandado por injuria y calumnia… Me pareció de un absurdo elevado que Morris culpara al ex presidente Uribe de su ruin comportamiento, de sus adicciones cuando su esposa, la señora Patricia Casas, afirmó que el problema de drogadicción de Hollman, se remonta desde antes de su matrimonia hace 20 años. ¿En dónde estaba el senador Uribe en la vida de Hollman en ese entonces para causarle semejante desgracia? No me voy a sumergir en el grado de estupidez de Morris, ya quedó en evidencia que los líderes de izquierda, son líderes de barro que siempre culpan a otros de sus errores. Lo que quiero resaltar es la invitación que realizó María Antonia de la Torre a todas las mujeres para que la contactaran si han sido víctimas de Hollman Morris.
A comienzos del año 2012 cuando llegue a trabajar a la Bogotá Humana, era cercana a Natalia de la Vega y a su grupo de amigas, unas señoras muy queridas y muy radicales en posiciones de izquierda. En una de esas tertulias, conocí a la periodista Alexa Shultz o @MilchCafe, ella nos contó a todas unas historias muy desagradable con Hollman Morris cuando ella y su esposo, decidieron abrirle las puertas de su casa a Morris. No me compete contar su historia, pero invito a Shultz, a que acompañe a María Antonia en esta lucha por revelar quién es Morris. Ojalá sea el momento de ver solidaridad entre mujeres de izquierda.
@LeszliKalli
Publicado: febrero 7 de 2019