Lo sucedido en Bogotá es terriblemente doloroso. Otra vez, la cobardía que guía el actuar de los grupos terroristas se apoderó de ellos para ordenar la explosión de un carro bomba en el corazón de la institucionalidad, en la formación de los nuevos oficiales de la policía, que sin duda alguna serían los que cuidarían a nuestros hijos en el futuro.
¿A quién se le ocurre atentar de esa manera contra unos jóvenes que se están entrenando para servirle a su país el resto de sus vidas? ¿Cuánta maldad debe existir en la mente de esos dementes para ordenar semejante barbaridad?
Este salvaje acto, característico de la estrategia de combate de la guerra prolongada de guerrillas, donde se atenta intempestivamente contra los miembros de la fuerza pública mientras se continúa escondido como ratas en sus madrigueras, deja ver claramente que el ELN, los GAO (grupos armados organizados) o las Farc a través de sus “disidencias” están detrás de esto. La verdad no creo que el autor intelectual de tal aberración sea delincuencia común.
Porque, seamos claros. Lo importante, en este momento, no es saber quién fue el autor material del acto terrorista, que seguramente era un pobre diablo al que lo tentaron con un par de centavos. Lo fundamental, es que las autoridades logren establecer qué actor fue el determinador – autor intelectual—del hecho.
Ahora, claramente alguna de esas organizaciones quiere presionar al nuevo Gobierno del Presidente Duque a través de estos miserables actos para que salga corriendo a negociar sus pretensiones. Ante ello, la posición debe ser clara y contundente: ¡No!. Señor Presidente usted ganó legítimamente en la urnas, y tiene el apoyo de todos los colombianos que votamos por usted, pero también el apoyo de los que no lo hicieron, porque este es el momento preciso para unirnos como nación y luchar por el respeto al honor militar y policial.
No debe existir la más mínima contemplación al momento de castigar a los responsables de los actos terroristas y, al mismo tiempo, se debe dejar más que claro que mientras persista el más mínimo acto de maldad todas las puertas para cualquier negociación estarán completamente cerradas.
Hace 7 meses los colombianos escogimos un Gobierno que actúe con gallardía contra el terrorismo y que no se deje amedrentar por amenazas mediáticas. Ese debe ser el norte constante de esta administración, que en estos momentos debe demostrar su talante y liderazgo para garantizar la seguridad de una nación que, automáticamente, vuelve a recordar esas épocas de terror.
A nuestra Policía, tenemos que rodearla, quererla y apoyarla. A su moral de lucha, al honor policial de nuestros héroes de la patria. Mis más sentidas condolencias a las familias de los 10 muertos, que seguramente, como yo, creían en la construcción de un mejor país desde la institucionalidad. A los más de 80 heridos toda mi solidaridad.
Vuelvo y lo repito, como lo dije en mi trino @tatacabello, el terrorismo debemos combatirlo unidos: con mucha firmeza en las convicciones. Contra el terrorismo, venga de donde venga, hay que tener carácter y mano dura.
Publicado: enero 18 de 2019