Cuando una civilización pierde su bagaje intelectual, moral y humano se producen las grandes caídas. La decadencia del Imperio romano es un concepto historiográfico que hace referencia a las transformaciones operadas durante la Crisis del siglo III que a partir del 395 D.C condujeron a un rápido deterioro junto con su hundimiento.
Según Gibbon: El Imperio romano sucumbió a las invasiones bárbaras debido a la pérdida de las virtudes cívicas tradicionales romanas (The History of the Decline and Fall of the Roman Empire, Edward Gibbon).
Gibbon comenta que los romanos tras la caída de la República se volvieron “afeminados”, poco deseosos de vivir una vida militar, más dura y “viril”. La decadencia de su sociedad civil se ve reflejada en Yo, Claudio, magistralmente interpretada por el grupo comediante inglés Monty Python en la Vida de Brian.
Ello, habría llevado al abandono progresivo de sus valores y libertades en favor de la tiranía de los césares conduciendo a la degeneración del ejército romano junta con la Guardia Pretoriana.
La decadencia del Imperio romano de Occidente se produjo por factores endógenos tales como: degeneración de la moralidad, enfermedades, pestes, inestabilidad política, desinterés de los mismos ciudadanos por preservar si Imperio; sumado a los factores exógenos como lo fueron las rápidas invasiones bárbaras las cuales llegaron hasta la misma ciudad Roma.
La anterior introducción histórica para comentar con respecto al momento de decadencia moral que estamos viviendo dentro de la sociedad colombiana.
El fenómeno del populismo que irradia con fervor la izquierda carnívora y la manera como se pretende en muchos sectores hacerle frente, predicando sus mismas inconsecuencias, son, en buena parte, el fruto de un vacío político e intelectual creado por la forma vacilante, transaccional y poco menos que mendicante como estamos defendiendo nuestras ideas, nuestras instituciones, nuestros valores sociales heredados de las costumbres españolas.
Teniendo en cuenta lo anterior, se hace necesario plantear un cambio radical en nuestros comportamientos como seres humanos. Es necesario cambiar nuestra forma de obrar.
No se puede triunfar como sociedad cuando la falta de convencimiento general de que lo que se defiende es lo justo para el individuo y provechoso para la sociedad, ni puede hacerse una política efectiva si no se muestra que debe existir una clara decisión de victoria del bien sobre el mal.
El proceso de paz con las Farc donde venció el mal sobre el bien a costa de los valores básicos de nuestra sociedad, es una muestra de ello.
La descomposición moral como sociedad a la que estamos llegando, la novelería de los últimos años con respecto al proceso de paz con las Farc bajo el gobierno corrupto y amoral de JMS, el intercambio de los valores básicos de la sociedad, el mal sobre el bien, premiando a nuestros verdugos, ha llegado a un punto crítico el cual se refleja en los numerosos casos de corrupción no solamente en el sector público, sino privado.
El mundo, en general, se encuentra desde finales del siglo XX regresando a esta aventura de la izquierda carnívora, comunismo clásico, que termina produciendo los saltos al vacío como lo es el caso venezolano bajo la dictadura oprobiosa de Maduro y su régimen corrupto y amoral.
Cómo explicar, por ejemplo, que a una semana del atentado a la Escuela General Santander donde asesinaron a más de 20 cadetes y más de 60 heridos, salen los estudiantes de las universidad públicas en las diferentes ciudades del país a producir los desmanes que producen como el de atacar a los mismos policías que nos defienden en el centro de Bogotá, con piedras y palos, con una agresividad sorprendente. ¿Cuáles son los valores de esos estudiantes, peor aún, porqué la sociedad lo permite? Mientras tanto, sale don Felix De Bedout en la W Radio solicitando que no se estigmatice a la universidad pública.
Debemos actuar pronto, muy pronto, así como actúo la sociedad brasilera cansada de tanto progresismo izquierdista carnívoro con el resultado final de Bolsonaro.
Nuestra prioridad debería ser, por lo tanto, regresar a lo básico. A los valores básicos conservadores como sociedad.
Hay que producir un gran cambio en todas nuestras formas de vida volviendo a lo básico, a lo fundamental, como solía decir el Dr. Álvaro Gómez Hurtado.
A este convencimiento se puede llegar de una manera muy sencilla si tenemos la sinceridad de redefinirnos como somos, como sociedad.
Puntilla: Con respecto a #NoEscuchoLaWRadio, no es más que el resultado de la decadencia que estamos viviendo.
Publicado: enero 29 de 2019