Cada día que pasa las cosas se ponen más feas. En vez de ir solucionando problemas, estos se agrandan y entran nuevos participantes; el lodazal en el que estamos parece no tener fin.
Por cuenta de la corrupción de muchos políticos tradicionales y de la mermelada, apareció la izquierda como redentora diciendo no estar contagiada de esas malas costumbres (aunque los últimos acontecimientos prueben todo lo contrario), pero es difícil de creer que a quienes han sido indultado de delitos atroces o sean desmovilizados que han delinquido anteriormente sean los futuros faros morales de nuestra sociedad.
Los conflictos de interés y puertas giratorias han hecho creer que la solución es no traer personas del sector privado al público, los hechos ocurridos en el escándalo de Odebretch lo demuestran, existen muchos intereses para esto. El hoy Fiscal, por ejemplo, tiene a la institucionalidad en la cuerda floja. Aunque renunciar sería un mal precedente, no hacerlo también tiene sus problemas.
El surgimiento de una nueva tecnocracia para el manejo del estado podría ser la solución mientras no se dejen contagiar de los jugadores anteriores. El problema que tienen estos es la gobernabilidad. Mientras que exista ese país político, será muy complicado ponerlos de acuerdo. Además el hecho de haber estudiado mucho no es garantía de conocimiento y efectividad.
Qué nos queda entonces para acabar la corrupción y las malas costumbres de nuestra nación si no es generar los suficientes pesos y contrapesos para sacarlo adelante. Debemos fortalecer los órganos de control y, sobretodo, darle credibilidad a la justicia que es -a mi modo de ver- la gran causante de muchos de los males que tenemos.
Tenemos que llegar a que la justicia sea igual para todos, sea de ruana o no, sea exguerrillero o no, sea político o no. Mientras que esto no pase, no creo que el futuro nos sonría pronto.
Tuve la oportunidad de estar las últimas dos semanas en China. Ver los desarrollos y el progreso es impresionante. Ellos hablan del socialismo con peculiaridades chinas y la realidad es mas que tanto China, como Corea del Sur y Singapur tienen en común que existe la autoridad. Las leyes se respetan, se castiga a los infractores y hay orden. Al final, creo que nos falta mucho de esto, nos da susto demostrarles a los vándalos y a los que quieren armar problemas que el bien común está por encima de ellos.
Por último, le pido al presidente Duque que ejerza su autoridad como lo queremos quienes le apoyamos su candidatura. No queremos más anarquía ni más desorden, queremos que impere la ley y que empodere a las personas que lo ejercen es fundamental para nuestro futuro desarrollo. La delegación de funciones a subalternos es básica para gobernar, pero también se les deben poner parámetros claros para esto. No sea que algunos le estén metiendo gato por liebre y estemos volviendo a reencauchar a personar que el país no merece tener entre sus funcionarios. Así mi esposa, mi cuñado, o la mejor amiga de mi esposa sean en el papel competentes, no es bien visto nombrarlas, tengamos coherencia.
Publicado: diciembre 3 de 2018
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