A través del auto número 00773 del pasado 13de diciembre, la procuraduría general de la nación abrió una indagación contra funcionarios de la superintendencia de Industria y Comercio, para efectos de determinar quiénes y por qué ordenaron entregar información reservada de la empresa Tecnoglass a la cuestionada BRG, firma dedicada a adelantar interceptaciones ilegales, motivo por el que su representante en Colombia, el exdetective del DAS Laude Fernández está siendo investigado por la fiscalía general de la nación, en el marco del proceso por las “chuzadas” ilegales, concretamente a los pilotos de Avianca que lideraron el paro que tuvo lugar hace pocos meses.
Los vínculos entre el exsuperintendente PabloFelipe Robledo y el chuzador Laude Fernández se remontan a los años del proceso8000, cuando Robledo fungía como secretario privado del polémico exdirector delDAS, Ramiro Bejarano –conocido en el mundo de la inteligencia como “elsabueso”- y Fernández era el hombre más temido y peligroso de la inteligencia estatal.
Hace unas semanas, cuando estalló el escándalo de Laude Fernández, Pablo Felipe Robledo, a través de su cuenta de Twitter, emitió un comunicado con el que pretendió desmarcarse de aquel oscuro sujeto: “…me permito informarles que que, ni la @sicsuper ni yo, tenemos nada que ver con ese tema [el de las interceptaciones ilegales]. Ningún nexo con eso. No es mi estilo”.
Minutos después, en esa misma cuenta, publicó una carta emitida por la Superintendencia de Industria y Comercio en la que se certifica que esa entidad no ha celebrado contratos con Laude Fernández o con la empresa BRG.
Aquella certificación no dice nada, ni es concluyente, pues nadie es tan cándido de formalizar un contrato de prestación de servicios para efectos de cometer un ilícito como en efecto sucedió contra los hermanos Daes, principales accionistas de Tecnoglass.
Robledo, en su condición de Superintendente de Industria, prefabricó un proceso tendiente a vincular a Tecnoglass con el caso de la reventa de boletas para la eliminatoria del mundial de fútbol de Rusia.
Desde enero de este año, existían evidencias de que subalternos de Robledo sostuvieron reuniones y encuentros con Laude Fernández. Por tal motivo, el 12 de enero de 2018, el abogado Iván Cancino le envió al entonces superintendente Robledo un derecho de petición en el que pidió que “se sirva informar si usted como Superintendente de Industria y Comercio, algún delegado suyo o alguna entidad perteneciente a la Superintendencia de Industria y Comercio ha realizado alguna contratación de manera directa o existe un vínculo de cualquier índole con la empresa Berkeley Research Group para los años 2016-2017 y en el transcurso del año 2018”.
Misteriosamente, Robledo jamás respondió dicho derecho de petición, violando el ordenamiento constitucional y legal.
Pero el tiempo se ha encargado de confirmar que efectivamente, la Superintendencia de Pablo Felipe Robledo sí estuvo vinculada con el temible Laude Fernández para seguir irregularmente a los ejecutivos de Tecnoglass. En la procuraduría general de la nación hay evidencias de que subalternos de Robledo sí estuvieron reunidos con Juan Pablo Caro y Dennys Guillermo Reyes, compinches de Laude Fernández en la empresa criminal dedicada a llevar a cabo las interceptaciones ilegales.
Las autoridades tienen en su poder 16 horas de grabación con las que se confirma que efectivamente la SuperIndustria sí recurrió a los servicios criminales de la banda liderada por Laude Fernández para interceptar a los hermanos Daes y otros directivos de Tecnoglass.
LOS IRREVERENTES tuvieron acceso a una grabación en la que uno de los testigos revela que estuvo en las oficinas de la Superintendencia de Industria y Comercio, recibiendo instrucciones para acceder a las informaciones privadas de Tecnoglass:
Así las cosas, en las próximas semanas, una vez la procuraduría practique las pruebas que ha ordenado en esta indagación preliminar, Pablo Felipe Robledo tendrá que ponerle la cara a las autoridades para y explicar por qué violó el ordenamiento legal, extralimitando sus funciones como Superintendente y cuál fue el motivo por el que ordenó que empleados suyos le entregaran información reservada y privilegiada de Tecnoglass a un delincuente peligroso como Laude Fernández.
Por esos hechos, uno de los abogados de los hermanos Daes, Jaime Lombana, presentó denuncia por el delito de prevaricato. Igualmente, Abelardo De La Espriella –también apoderado de Tecnoglass y de Christian y José Manuel Daes-, hace pocos días denunció a Robledo por los delitos de concierto para delinquir agravado, utilización indebida de información privilegiada en el ejercicio de la función pública, utilización indebida de utilización de información obtenida en el ejercicio de la función pública y utilización de asunto sometido a reserva.
Si la fiscalía investiga y acusa a Robledo, este sujeto que era uno de los funcionarios más poderosos –y abusivos- del gobierno de Juan Manuel Santos, enfrentaría un juicio en el que, de resultar condenado, lo llevaría a pasar más de 23 años privado de la libertad en un centro penitenciario.
Publicado: diciembre 18 de 2018