Después de padecer los ocho años de gobierno de Juan Manuel Santos y tolerando hasta el cansancio todo tipo de mentiras. De sufrir de parte de nuestro gobernante un comportamiento muy claro del Síndrome de Hubris, donde la mitomanía se convierte en una patología, nos viene Gustavo Petro. Personaje oscuro que no se le puede definir con certeza, porque personas con tendencia a lo siniestro no se les llega a conocer completamente y menos una persona como el con alta inteligencia verbal.
Es posible por los claros síntomas, que Petro padezca el trastorno del espectro autista o el Síndrome de Asperger, aunque estos tienen sus diferencias son muy parecidos, y luego de un severo estudio psiquiátrico se podría saber. Es más, es necesario a nuestros gobernantes antes de ser elegidos para un cargo de elección popular se le practique un intenso examen mental.
Petro presenta claros signos de ellos, como por ejemplo que no es posible cuando habla que mire a los ojos y mantenga contacto visual, esquivando la mirada de su interlocutor como si acaso escondiera o temiera ser descubierto en algo. Generalmente esta situación viene acompañada de un rostro carente de expresión facial, con movimientos ondulantes de la cabeza. Y hablando con un tono o ritmo anormal, utilizando entonaciones cantarinas.
No sé cómo será Petro en la intimidad de su familia, pero los que padecen de este síndrome no resisten abrazos o caricias y prefieren estar solos y aislados, no expresando emociones ni sentimientos alguno. Los verdaderos peligros de estos padecimientos es que la persona guarda un aspecto normal, tiene inteligencia normal, pero tiene grandes problemas para relacionarse con los demás. Queriendo imponer sus propias reglas, no entendiendo las reglas de la democracias por ejemplo. De hecho Petro se hizo un peligroso guerrillero, de esos que matan gente despiadadamente.
Pero sobre todos los inconvenientes de este raro comportamiento de la mente humana es que el que lo padece quiere ganar siempre, no soporta una derrota y por encima de todo quiere imponerse (típico caso de Asperger).
Si Petro llegase al poder algún día, uno de los principales obstáculos de este padecimiento, además de no poder tener empatía con nadie, es que el trabajo se convierte en una fuente permanente de conflictos, porque no soportan que alguien sea mejor o tenga una habilidad superior. Eso lo vimos en su administración ,donde termino distanciándose de sus amigos cercanos, entre ellos Navarro Wolf.
En fin, un gobernante o un político que aspira a gobernar una nación debe gozar de muy buena salud mental, un país no puede ser dirigido por un gobernante con problemas mentales. Los países han tenido casos de gobernantes enfermos. Se han escrito libros médicos sobre ese tema. Nosotros lo acabamos de vivir en carne propia con los ocho años de Santos, y otra vez no puede ser posible.
Publicado: diciembre 20 de 2018
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