Durante más de 40 minutos, el corrupto Gustavo Petro intentó explicar, a través de un video, los hechos que rodearon la entrega de dinero en efectivo que despertó la indignación nacional.
Se trata de un monólogo en el que Petro cuenta, en tono melodramático, que su amigo Juan Carlos Montes tiene la costumbre de grabar y dejar registro de todo lo que hace en la vida, como si viviera en un “reality show”.
Las explicaciones de Petro son perfectamente inverosímiles. Dice que él, desde hace muchos años, conoce la existencia de ese video en el que, según su versión, le fueron entregados únicamente $20 millones de pesos, en billetes de $5 mil, donados por el arquitecto Simón Vélez, quien, al decir de Petro, guarda la plata en tarros de galletas.
Petro ofende a la opinión pública al pensar que la gente es idiota y va a creer ciegamente esa versión rosa de su comportamiento abiertamente corrupto, mafioso y criminal.
Una cosa es el Petro que señala, acusa, aplasta con mentiras, calumnias e infamias a sus opositores políticos y otra muy distinta es el Petro apocado, deprimido, entristecido, que apela a un tono manipulador para explicar su comportamiento ilegal.
Después de observar detenidamente los 40 minutos y 38 segundos del video, las dudas que hay sobre Gustavo Petro no solo no se despejaron, sino que estas aumentaron.
En un momento, el exterrorista del M-19 asegura que Montes tiene otros videos. Valdría la pena que estos fueran puestos en conocimiento de la opinión pública que ansía terminar de desenmascarar a quien se presenta como el líder de la decencia en Colombia.
Petro no ha respondido una sola pregunta de las muchas que se le han hecho, sobre el origen de esos dineros asquerosos que él, embelesado, empacó en una bolsa de plástico. El propio Simón Vélez, ya declaró que él nunca le ha dado un centavo a Petro.
Todas las explicaciones dadas por Petro son mentirosas. Eso de que su amigo Montes lo grabó porque a él le encanta tener registro de todo lo que sucede en la vida, es un insulto a la inteligencia de la gente y un intento desafortunado por salir del tremendo lío en el que se encuentra.
Montes, como Petro, es un hampón que quería dejar registro de esa reunión criminal. Ellos no son amigos, son cómplices y como tales la desconfianza es absoluta, al punto de que quien entrega la plata, prefirió dejar un seguro para el futuro. Y aquello explica la existencia del video.
Petro, acostumbrado a inventar amenazas y prefabricar persecuciones en su contra, ha dicho que el video estaba en un computador y fue robado por unos sofisticados “hackers” que interceptaron ilegalmente a Juan Carlos Montes.
No se puede desviar la atención de lo fundamental. Es irrelevante de dónde salió el video. Lo importante es el contenido del mismo y resulta inadmisible que un político colombiano, al margen de su ideología, ande recibiendo bolsas con dinero en efectivo y más grave aún es el origen del dinero que, como ha denunciado el abogado Abelardo De La Espriella, provino del capo del narcotráfico Daniel El Loco Barrera, extraditado y quien actualmente purga una sentencia en los Estados Unidos.
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El señor Petro está en serios problemas. Esta situación no se arregla apelando a la estrategia de Chávez, de hacer eternas intervenciones en video, en las que nadie puede preguntar, ni controvertir en tiempo real y en las que él –Petro- narra toda suerte de sandeces. No. Este asunto es demasiado grave y necesita ser tratado con la seriedad y rigurosidad que se requieren.
Publicado: diciembre 4 de 2018
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