A través de su cuenta de Twitter, el presidente Uribe fijó los tres propósitos políticos inmediatos del uribismo, para hacerle frente a las vicisitudes de la coyuntura política que hoy se registra en nuestro país.
La primera instrucción del presidente Uribe es la de apoyar al presidente Iván Duque en la búsqueda de la mejor solución tributaria. Es evidente la crisis financiera del país, heredada del gobierno de Juan Manuel Santos. El presupuesto del año entrante viene desfinanciado en más de $14 billones de pesos que son de urgente consecución. Por eso, el gobierno, en aras de darle continuidad a los programas sociales existentes, se dio la pela de presentar un proyecto de financiación cuyo objetivo es el de incorporar algunos gravámenes con el fin de contar con los recursos necesarios para ejecutar a cabalidad los proyectos presupuestados para 2019.
El Centro Democrático ha expresado su desacuerdo con la ampliación del IVA a nuevos productos de la canasta familiar que hasta la fecha están exentos de ese impuesto, lo que no significa que el partido de gobierno se oponga a la integridad de la ley de financiamiento.
Por eso, el mensaje del presidente Uribe resulta de singularísima importancia, pues dilucida cualquier duda que pudiera existir respecto del compromiso del CD frente al gobierno nacional.
Hay que abonar el terreno para que la ley de financiamiento encuentre alternativas distintas al IVA. No se puede descartar, por ejemplo, ampliar en un punto el denominado 4 por mil.
El segundo punto del llamado del presidente es por la unidad del Centro Democrático. Es insoslayable que hay sectores del CD que se han dado a la tarea de generar mal ambiente frente al gobierno. Es cierto que el debate es necesario, que el presidente Duque, además de sus asesores y colaboradores, debe oír a los dirigentes de su partido que de buena fe le apuestan al éxito de su administración. Pero no es menos cierto que hay un grupo –minoritario- que está muy molesto frente a la decisión del gobierno de no repartir puestos indiscriminadamente.
El partido unido, logró la elección del presidente Iván Duque y el partido unido será definitivo para mantener la gobernabilidad del presidente. Nunca es tarde para implementar cambios y hacer ajustes. El gobierno hasta ahora comienza y si hubo decisiones erradas, éstas se pueden enmendar sin mayores traumatismos.
Para que la unidad del uribismo pueda garantizarse, urge que las relaciones entre los ministros y la bancada sean mucho más fluidas. No son pocos los senadores y representantes que se quejan por la falta de atención de los ministros, a quienes señalan de no compartir con ellos las iniciativas del gobierno. Aquellas fallas de comunicación son de fácil resolución.
Finalmente, el presidente Uribe plantea la creación de una coalición interpartidista para concertar y apoyar las reformas del gobierno. La eliminación de la denominada mermelada -decisión que era necesaria y que merece ser aplaudida, pues desde su llegada al poder el presidente Duque rompió la nefanda dinámica transaccional con el congreso- ha generado un inocultable traumatismo. Durante los 8 años de Santos, las mayorías de la denominada unidad nacional se movieron gracias a los ríos de mermelada que se hicieron rodar desde la Casa de Nariño.
Ahora, no será fácil introducir el cambio necesario en la relación Ejecutivo-Legislativo. Los políticos profesionales creen que frenándole los proyectos al gobierno, temprano o tarde obligará a abrir el grifo de la mermelada. Duque dice que no lo hará y él es un dirigente de profundas convicciones. Así que habrá que configurar una coalición que gire en torno a las ideas, a los proyectos y a las iniciativas que sean buenas para la sociedad colombiana.
Importante y oportuno el llamado que ha hecho el presidente Álvaro Uribe, con el que busca construirle una amplia base de gobernabilidad al presidente Iván Duque.
Publicado: noviembre 20 de 2018
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