En la semana que acaba de pasar, fue radicada en las oficinas del congreso la Ley de Financiamiento. Esta era inevitable si queremos tener un país viable, que pueda generar inversión social en búsqueda de la equidad. Es innegable que nos dejaron el país con un déficit gigantesco ($25 billones), con vigencias futuras comprometidas, con un crecimiento desbordado del tamaño del Estado y de su gasto. Mejor dicho, el señor Santos nos dejó el país con la olla raspada y con un hueco en la mitad. La ley de financiamiento no solo era necesaria, sino que no se tenía otra alternativa. Se debía presentar, porque de seguir las cosas como nos la dejaron, nos estábamos enfrentando a la insostenibilidad del Estado y a la incapacidad del mismo de generar inversión social para generar equidad.
Dicho esto, y entendiendo que toda alza de tributos es impopular, nos preocupa sobre manera el revuelo y descontento ciudadano que ha generado una de las propuestas de esta ley. Lo cierto es que desde que se inició la discusión de la misma y el gobierno empezó a filtrar que existía la posibilidad de gravar con IVA la canasta familiar, yo me opuse a esta idea principalmente por que considero que golpea el bolsillo de los colombianos, especialmente a la clase media trabajadora y ocasiona un impacto negativo en el consumo, lo cual podría afectar el ritmo de reactivación económica.
La queja permanente y reiterada por parte de los ciudadanos de ingresos medios son dos. La primera, es que ellos se sienten que son el jamón y el queso del sándwich. Siempre los dejan en la mitad. Por un lado, no recibe los beneficios tributarios, pero tampoco son los receptores de los subsidios del Estado. Es más, lo que sienten y le dicen a uno, es que “la clase media siempre termina clavada”. A renglón seguido, viene su segundo dolor, que consideran que un alto porcentaje de sus ingresos se va en compras asociadas a la canasta familiar.
Miremos algunas cifras sobre las personas que tiene ingreso medio en Colombia. La clase media consolidada de Colombia corresponde a un 41.7% de los ocupados del país, mientras que la clase media emergente constituye el 35.6%. Es decir, el 77.5% del total de nuestros ocupados pertenecen a la clase media trabajadora. Son los responsables del 54% total del consumo en los hogares colombianos. Palabras más palabras menos, son los que más compran, y por ello son los más sensibles a los cambios de precios y los más afectados por cualquier tributo asociado al consumo.
Se estima que en promedio el gasto mensual de una persona de ingresos medios es de $750.000, dinero que se invierte en alimentos, vestuario, salud, entretenimiento, educación y transporte. La canasta básica de alimentos puede costar en promedio, entre $290mil y $330mil pesos, pero si se incluyen los otros gastos como salud, recreación, educación y vivienda, esta puede aumentar en promedio hasta $1.300.000. Esto significa que el Salario Mínimo en Colombia no alcanza para comprar la canasta familiar completa, cubre solo el 60% de esta.
El consumo de la clase media es muy importante para la economía del país, y el aumento de los precios de alimentos principalmente puede afectar severamente la reactivación económica del país, ya que se afectaría el poder adquisitivo de la mayoría de nuestros consumidores, disminuiría el ritmo que en el que los ciudadanos están pasando de la pobreza a clase media emergente. Incluso podría poner en riesgo a algunos de ellos en su permanencia en la clase media emergente, aumentando los riesgos de regresar a la pobreza.
Debemos Pararle-Bolas al efecto económico y político que puede tener para Colombia gravar la clase media trabajadora. Por ello invitamos al gobierno para que con su conocimiento, experiencia, creatividad y su buen saber y entender, encuentre alternativas diferentes al IVA a la canasta familiar para financiar el déficit. No debemos golpear más la clase media, lo que que debemos hacer es fortalecerla. Que no se nos olvide que el lobo de la izquierda populista está rodando por ahí y cada error que cometamos, fortalece sus pasos hacia el 2022.
Publicado: noviembre 5 de 2018
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