Los crímenes cometidos por Odebrecht en Colombia, no pueden quedar impunes. Esa empresa protagonizó uno de los peores escándalos de corrupción de nuestra historia.
No se puede olvidar que de esa compañía salió el dinero para financiar las campañas presidenciales de Juan Manuel Santos en 2010 y 2014.
Es sabido que después de haber favorecido a esa empresa otorgándole a dedo la construcción de la carretera entre Ocaña y Gamarra, obra por la que se desembolsaron más de $900 mil millones de pesos, a través de los Ñoños, llegaron ríos de dinero a la campaña reeleccionista de Juan Manuel Santos Calderón en 2014.
Si Santos ganó las elecciones de aquel año, fue gracias a la cantidad inconmensurable de dinero que Odebrecht le metió a esa campaña presidencial.
En todos los países de América Latina en los que Odebrecht estimuló la corrupción, se fijaron sanciones ejemplarizantes contra esa compañía. A través de sanciones multimillonarias y la prohibición de que esa empresa pueda volver a contratar en distintas naciones, se ha enviado un mensaje en el sentido correcto.
Sospechosamente, durante el gobierno de Juan Manuel Santos, particularmente el director de la agencia de defensa jurídica del Estado, Luis Guillermo Vélez, ninguna sanción ni acción se emprendió contra de Odebrecht, omisión que se constituyó en un evidente espaldarazo a la empresa que fue definitiva para la victoria en las elecciones reeleccionistas de 2014.
El propio Camilo Gómez Alzate, nuevo director de la agencia de defensa jurídica del Estado ha manifestado su sorpresa por el hecho de que su antecesor –Luis Guillermo Vélez- se haya quedado cruzado de brazos, cuando en sus manos tenía todas las herramientas para sancionar y alejar a Odebrecht de nuestro país.
El doctor Gómez ha anunciado que le solicitará al nuevo Superintendente de Sociedades, Juan Pablo Liévano que imponga una sanción para que Odebrecht y todas sus empresas subsidiarias, no puedan ejercer durante los próximos 20 años en nuestro país.
Santos promovió la corrupción, obtuvo beneficios de ella y sus más cercanos colaboradores, como es el caso del cuestionado Luis Guillermo Vélez Cabrera, no emprendieron acción alguna en contra de las empresas corruptoras como Odebrecht.
Su inacción frente a la empresa brasilera, no es el único aspecto por el que se debe cuestionar a Vélez. Es la hora en que él no ha explicado su extrema cercanía con la familia Jaramillo, protagonistas de primer nivel del desfalco de Interbolsa. Es evidente que Vélez tenía una amistad íntima con miembros de ese clan familiar que defraudó a miles de colombianos. Y él, Vélez, cuando ejerció como Superintendente de Sociedades no hizo lo que le correspondía.
Lo cierto es que el presidente Duque, su nuevo director de la agencia de defensa jurídica Camilo Gómez y el superintendente Liévano, tienen el compromiso ineludible de evitar que la empresa Odebrecht, esa misma que a través de dineros de la corrupción facilitó la victoria de Santos en 2010 y 2014, siga haciendo de las suyas en nuestro país.
Publicado: noviembre 21 de 2018
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