Quedan muy pocos cabos sueltos en el escándalo de las chuzadas. De hecho, el grueso de los implicados en esa empresa criminal ya están a buen recaudo de las autoridades judiciales de nuestro país. El último en ser capturado y remitido a la cárcel La Picota por su peligrosidad, es el exfuncionario judicial y mano derecha del corrupto senador Armando Benedetti Villaneda, Diego Mauricio Rayo.
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Uno de los personajes de esta espeluznante trama de corrupción que no ha sido capturado –por ahora- es el español Eneko Laiz, un sujeto peligroso que durante algunos años ha estado en Colombia adelantando negocios y embaucando personas.
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De acuerdo con lo que han podido descubrir los investigadores del caso de las chuzadas, Armando Benedetti tuvo acceso a esa organización criminal gracias a Eneko Laiz. Dicho sujeto, que está obligado a permanecer en Colombia por cuenta de una demanda por inasistencia alimentaria impetrada por su exesposa, estableció contactos para que Benedetti pudiera acceder a Juan Carlos Madero, la persona que se encargó de tomar atenta nota de las solicitudes del parlamentario quien, fundamentalmente quería interceptar los teléfonos del fiscal general de la nación, Néstor Humberto Martínez y de su esposa; del abogado Jaime Lombana y hacer seguimientos físicos a su hijo menor de edad.
Igualmente, Laiz fue quien solicitó, a nombre de Benedetti, que se rastraran las cuentas bancarias de Lombana y las conversaciones vía chat que él hubiera sostenido con sus colegas Jaime Granados e Iván Cancino, éste último abogado de LOS IRREVERENTES.
Este portal pudo establecer que la cercanía de Eneko Laiz con la red de chuzadores era absoluta, al tal punto que su interés era el de comprar un importante porcentaje del negocio ilegal con el fin de lucrarse con el mismo. Muy grande fue su molestia cuando Juan Carlos Madero y sus socios se negaron a incluirlo como parte de la empresa criminal, limitándose a ofrecerle una comisión por los clientes que éste llevara.
Llama la atención que Laiz mientras le aseguraba a la justicia no tener dinero para cumplir con sus deberes como padre de un menor de edad, sí estuviera explorando la posibilidad de invertir dinero en la red de chuzadores.
Lo cierto es que si la justicia efectivamente quiere desmantelar la integridad de la estructura criminal de las interceptaciones ilegales, está en mora de capturar a dos de sus protagonistas más importantes: Armando Benedetti y su aliado, el cuestionado ciudadano español, Eneko Laiz Moreno, un verdadero delincuente de cuello blanco que sigue libre, engañando personas, buscando negocios y seguramente planeando otros delitos.
Publicado: octubre 5 de 2018
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