Durante el cuatrienio 1998 a 2002, el proceso de paz con las Farc fue el protagonista teniendo en cuenta las grandes expectativas que produjo el encuentro en la zona del Caguán entre el entonces candidato Andrés Pastrana Arango junto con su asesor Camilo Gómez, el comandante de dicha organización Manuel Marulanda Vélez y Raúl Reyes.
Todavía, reposa en nuestra retina la famosa silla vacía. Lo que mal comienza, mal termina, dice un refrán. Dicho y hecho.
La silla vacía de Marulanda Vélez no fue más que el preámbulo de lo que sería el fallido proceso de paz con las Farc, donde las concesiones del gobierno de APA fueron superiores y, algunas, inauditas frente a las exigencias de las Farc como la del despeje del Caguán.
Precisamente, la semana pasada se produjo el relato ante la JEP – Justicia Especial para la Paz – de los secuestrados por las Farc durante la época más tenebrosa del Caguán.
Uno de ellos, el Coronel Mendieta, se presentó con el fin de describir no solo cómo se produjo el sangriento ataque a Mitú el 1 de noviembre de 1998. Según el diario El Tiempo: El inicio de la toma guerrillera se registró sobre las 4:45 de la madrugada. Los habitantes del municipio señalan que el día anterior se había realizado la celebración del Día de los Niños y solo hasta mucho después se supo que desde esa noche los guerrilleros habían empezado a tomar sus posiciones aprovechando los diferentes eventos que ese día se realizaban.
Nadie los vio, nadie supo que esa noche del 31 de octubre poco a poco los cerca de 2.000 hombres del Bloque Oriental de las Farc se empezaron a camuflar en la oscuridad de Mitú. Según la Cruz Roja, ese día fueron utilizados más de 200 cilindros bomba contra la estación de Policía.
Posteriormente, durante su secuestro, en las imágenes de los colombianos reposa una en especial. Aquella, donde se ven a los soldados amarrados, desnudos, con cadenas, cuerdas, pitas en el cuello, caminando en círculo, encerrados como si estuvieran en un campo de concentración, mientras que un guerrillero les pegaba con un palo de madera en las piernas, gritándoles de todo lo habido y por haber, ante la mirada escalofriante del Mono Jojoy.
No solamente, fue el Coronel Mendieta quien entregó su doloroso testimonio ante la JEP la semana pasada. También, lo hicieron el ex senador del Huila Orlando Beltrán, Luis Eladio Pérez, el ex senador Gechem , Gloria Polanco, la ex senadora del Partido Liberal Consuelo de Perdomo quien perdió a su esposo estando en cautiverio. A propósito, la hija de la Dra. Perdomo relató con frialdad que fue una persona de su mismo grupo político quien le recomendó a las Farc su secuestro. Sería bueno que la JEP, averiguara quién fue. La misma Ingrid Betancurt desde París comentó que las Farc fue una guerrilla machista y misógama.
El ex senador Beltrán comentó que: Yo pensé que las heridas y secuelas del secuestro ya se habían logrado superar, pero me doy cuenta que no, con lágrimas en sus ojos.
Al mismo tiempo, una de las mujeres víctimas reclutadas y violadas a la fuerza por comandantes por las Farc tuvo un encontronazo muy fuerte con la hoy senadora en la Comisión Primera, Sandra Vélez. El dolor que produjo las Farc durante tantos años de conflicto sigue ahí, latente.
Pasaron, uno a uno, solicitando que no existiera ni perdón, ni olvido, para la cúpula de las Farc. Pidieron, además, que las Farc le ofrezcan un perdón, de verdad, a los colombianos por el daño causado. No, ese perdón cínico que se vio durante la obra de teatro del Colón en Bogotá o en Cartagena. Un perdón verdadero con acción y reparación.
Por ejemplo: ¿Alguien, les ha pedido perdón a las más de 40.000 familias de policías y soldados destrozadas por el cruel accionar de las Farc, ELN y demás?
Si la JEP quiere servirle al pueblo de colombiano, debería colocarse del lado de las víctimas, no de los victimarios, del conflicto armado con el fin de sanar las heridas que aún persisten.
De lo contrario, la JEP se convertirá en un demonio de ocho cabezas, como la fue la zona de distención del Caguán, donde se produjeron los secuestros, extorsiones, crímenes, más inhumanos que podamos ver los colombianos, los cuales todavía están en nuestra memoria.
Claro, está que si el Consejo de Estado condenó a la Nación por el atentado al Nogal, nada de raro tendría que la JEP produjera un fallo similar condenando a la Nación por el conflicto armado con Farc.
Puntilla: ¿Ustedes saben si en un gesto de solidaridad, el Centro de Democrático produjo algún comunicado a favor de Andrés Felipe Arias y su valiente señora Catalina Serrano?
Publicado: octubre 30 de 2018
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