Estoy en Bogotá en el grado universitario de uno de los nietos. En el discurso de graduación el rector de la Universidad de los Andes les hizo una petición que encuentro oportuna, analizar la posibilidad de su participación en el servicio público y la docencia. Otro tema que atrajo mi atención es la decisión de la Universidad de establecer un programa para dar acceso a la educación superior, en condiciones especiales, a los estudiantes de la costa pacífica, es un buen principio de solidaridad y correspondencia.
Fue muy edificante ver la cantidad y calidad de nuevos profesionales de ingenierías, industrial, sistemas, eléctrica y electrónica de esta promoción: muchachos que trabajaron duro, obtuvieron calificaciones brillantes, presentaron tesis de grado novedosas.
Contrasta la importancia de este evento con las protestas que paralelamente adelantaban en las calles otros estudiantes y profesores, aparentemente poco sustentadas, y, desde luego, aprovechadas por destacados mamertos que allí se cuelan como mosca en leche. Pero esta es una observación que opaca éxitos y no el tema.
Se lo difícil que para muchos representa el sacrificio de la docencia y, mucho más, el servicio público no pocas veces mal remunerado para mentes brillantes y, en muchos casos, desprestigiado; pero son estos jóvenes los que el país necesita para su progreso. Allí hay toda clase de tendencias ideológicas, no me cabe duda, pero eso siempre ha existido y, a una inmensa mayoría, la madurez los conduce por el camino de la sensatez. El objetivo hoy, es que en el país quepamos todos.
Alguna de las posibilidades que se derivan de la docencia podría ser la voluntad de donar algo de su tiempo para participar en la nivelación académica en barrios deprimidos. Conozco una Fundación que en Bogotá ha tenido grandes éxitos con esta modalidad en Ciudad Bolívar, algo similar están intentando las Damas Salesianas en Bogotá y la Fundación María Madre en Medellín; conocí otro proyecto en una Villa Miseria en Argentina en esta dirección. Sería un aporte voluntario como pago a las oportunidades que tuvieron que para otros es esquiva o simplemente inexistente.
No me cabe duda de que en las circunstancias difíciles que hoy vive nuestra patria algunos de estos jóvenes deberían pensar en serio en vincularse a la política, esta necesita un gran revolcón para acabar el desprestigio de nuestras instituciones; la favorabilidad del congreso, cortes, asambleas y concejos está por el piso, apenas llegan a un 17% en algunos casos, esto solo se corrige si ahí van llegando mentes jóvenes de buena procedencia, limpios, ajenos al poder corruptor de mermeladas y compra de conciencias.
Dentro de este tema me parece igualmente pertinente la visión expuesta por la senadora Paloma Valencia en su artículo que encontrarán en este enlace: http://periodicodebate.com/index.php/opinion/columnistas-nacionales/item/20893-pueden-los-estudiantes-contribuir
El Rincón de Dios
“Para una auténtica obra educativa no basta una buena teoría o una doctrina que comunicar. Hace falta algo mucho más grande y humano: la cercanía vivida diariamente, que es propia del amor y que tiene su espacio más propicio ante todo en la comunidad familiar”
“Vuestra tarea de educadores no puede limitarse a comunicar nociones e informaciones, dejando a un lado el gran interrogante acerca de la verdad, sobre todo de la verdad que puede ser una guía en la vida”. Frases de Benedicto XVI
Publicado: octubre 26 de 2018