Tengo que advertir que no soy fanático de Donald Trump. De hecho, no creo que existan fans de él, ni de su figura, ni de su forma de hablar o de ser, pero este presidente ha logrado hacer con la economía norteamericana lo que muy pocos habían podido. En este artículo trataré de explicar en palabras sencillas este fenómeno.
Cuando empezó su camino a la presidencia como precandidato republicano no tenía el respaldo de casi ningún líder regional ni de los senadores de su partido, pero, aún así, terminó siendo el candidato para las elecciones. Después, logró lo que nadie esperaba; derrotar al partido demócrata en las elecciones arrasando en los condados y en todas las zonas rurales, aunque perdiendo en la mayoría de las grandes ciudades y centros de opinión.
Su programa de gobierno estaba basado en la defensa del norteamericano común y silvestre, la defensa del made in USA. Estados Unidos tiene una gran cantidad de población pobre, mucha de ella en áreas rurales, que terminó viendo por fin a alguien que la representaba -aunque sea paradójico que sea un multimillonario-.
Desde su posesión han tratado de sacar a flote todos los escándalos posibles. Tiene toda la prensa y las grandes cadenas de televisión advirtiendo continuamente los problemas que tiene para gobernar y las posibilidades tan altas que lo puedan sacar del cargo. Le han imputado escándalos sexuales de toda clase y categoría, haberse confabulado con Rusia para ganar las elecciones, racismo, evadir impuestos y, hasta ahora, no ha pasado nada.
A pesar de todo lo anterior, ha demostrado mucho pragmatismo a la hora de gobernar y ha logrado unos hitos económicos y políticos como casi ningún presidente norteamericano lo ha hecho. Tal vez el hecho político más importante, que era impensable hace unos meses, es su reunión con el presidente de Corea del Norte y los acercamientos de este con Corea del Sur.
Pero, sin lugar a dudas, lo más importante lo ha hecho en el ámbito económico. Los números de la economía norteamericana no dejan ninguna duda que su plan de reducción de impuestos a las empresas dio el resultado esperado. El índice de desempleo está en niveles del 4%, el menor de los últimos 18 años, y que significa pleno empleo. Los índices bursátiles no han parado de subir al punto que el S&P ha tenido un crecimiento desde el inicio de su gobierno de más del 27% y el NASDAQ de más del 45%. El último dato que salió es un crecimiento económico del 4.2% en el segundo trimestre, este dato en una economía de ese tamaño es impresionante.
Muchos analistas vienen como aves de mal agüero hablando de una posible recesión, de una futura caída de los índices bursátiles y de un recalentamiento de la economía, pero hasta ahora nada ha pasado.
Aunque lo han acusado también de tratar de cerrar la economía americana y de hacer una guerra comercial, ha logrado renegociar los acuerdos de libre comercio y comerciales con muchos países.
Al final, un presidente como Obama, carismático y con índices de popularidad muy altos, no logró lo que Trump ha hecho. Se acerca la reelección y, aunque no ha dicho si va a aspirar, seguramente lo hará. De ser así, lo más probable es que gane y sea reelegido por otro periodo pues no se vislumbra hoy en día ningún competidor que pueda derrotarlo.
Lo único que podría derrotar a Trump en su camino a la reelección es una debacle económica que yo veo bastante improbable. Entonces, al parecer, tendremos Trump para rato.
Publicado: septiembre 10 de 2018
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