Las discrepancias son normales, cada quien las vive en su diario vivir, y ello está bien, porque sería verdaderamente triste donde todos actuáramos de igual forma y pensáramos de manera idéntica. En la diversidad está la riqueza, y nuestro país, por ejemplo, cuenta con una diversidad no solo en fauna y flora, sino en sus gentes, sus regiones y demás, la cual hace de esta tierra una verdadera mina de oro. Lo que sí merece rechazo es cuando dentro de la discrepancia incurrimos en insultos y descalificaciones, ahí es donde fallamos como personas.
Muchos “ciudadanos preocupados” se dedican a criticar cada paso de su gobernante, algunos con sustento, pero otros solo con supuestos. La crítica debe ser bien dirigida y bien recibida, estoy de acuerdo, pero con lo que no puedo estar de acuerdo es cuando la veeduría no se lleva a cabo con fines altruistas, sino que se realiza con tinte politiquero, en donde el único ánimo existente es el de sabotear y ser un palo en la rueda para así paralizar los proyectos y por ende los resultados no se hagan visibles. Pero curioso resulta que cuando a esos que critican y apuntan los llaman a gobernar, resultan ser los más incapaces a la hora de ejecutar. Un claro ejemplo es el del señor Petro, quien durante su paso por la Alcaldía Mayor de Bogotá resultó ser un pésimo gobernante, ahí están los resultados, a la vista de todos.
Por ello, la invitación debe ser no solo a criticar por criticar, sino a realizar aportes, los cuales sirvan de una u otra forma para el avance del barrio, de la comuna, de la localidad, del municipio o del departamento. Debemos ser conscientes que las malas decisiones nos terminan afectando a todos, sin distingo alguno. Por ello es de vital importancia que estemos unidos, sí, dentro de la diferencia, pero unidos para lograr ciertas metas comunes, como lo debe ser el bienestar social, el bienestar colectivo de todos nosotros. La envidia debe ser desechada para que podamos ser felices. Imagínese lector, a pesar de tantas dificultades por las que ha atravesado Colombia a lo largo de su vida republicana, hemos alcanzado grandes logros y conquistado, como Nación, enormes batallas, cómo sería si por lo menos lográramos permanecer unidos en ciertas objetivos mancomunados, definitivamente seriamos un país imparable, que sobrepasaría cualquier óbice en su camino.
El llamado debe ser a la conciencia social, esa misma que hoy parece dormida, para que despierte en cada uno de nosotros y trabajemos en medio de la disparidad y logremos construir un país más justo, más equilibrado y más sano para las presentes y futuras generaciones.
@AndresSaavedra_
Publicado: agosto 2 de 2018