Hace unos días recibí el comunicado de prensa de “Bancada Córdoba Unida” firmada por los 5 Senadores y 5 Representantes del Departamento. Hay un compromiso de trabajar unidos y mediante iniciativas legislativas jalonar el desarrollo de la región. Identificar nuestras necesidades y priorizar sus soluciones es lo que esperan los votantes que los eligieron en las pasadas elecciones. Cuando se piensa en los intereses colectivos, los problemas se deben estudiar en conjunto. Así, las propuestas de solución fluyen fáciles y las metas se alcanzan en el corto plazo.
Esta iniciativa la elogio, la apoyo y merece nuestro reconocimiento. No hay duda, se hacen merecedores de toda la gratitud de la región con la que adquirieron compromiso.
Además del reconocimiento nuestros parlamentarios deben dar un paso adelante, trascendente. Mostrar grandeza y ganarse el respeto de sus conciudadanos. Con esta iniciativa no alcanzan el respeto y solo son palabras de buena intención. Repetirían el saludo a la bandera o la demagogia que nos tiene defraudado.
En sentido estricto respeto significa admiración y afecto. Implica comprender las necesidades y valorar los intereses de los ciudadanos que represento. Es el piso de la empatía la cual me permite apreciar lo que siente mi vecino. Las relaciones sociales de los pueblos y especialmente entre gobernantes y gobernados se nutren del respeto y se alimentan de la empatía.
No atentar contra la dignidad del elector es el principio rector de la vida pública y especialmente no desnaturalizar sus ilusiones o evadir sus soluciones. El respeto es en esencia un valor moral que le da ortografía ética a nuestras relaciones sociales.
Ya tienen nuestros parlamentarios nuestro reconocimiento, adiciónenles nuestro respeto.
Este compromiso de nuestros congresistas me llena de ilusión; quiero empezar a describirlos como referentes. Formar ciudadanos con su ejemplo: su mejor labor legislativa. Así se lo ganan. No pueden lesionar con su comportamiento las neuronas espejos de los niños o intoxicar con sus actos los neurotransmisores de los adolescentes. Tienen que demostrar que en la vida los circuitos de la recompensa se logran con el trabajo cristalino de todos los días y esto se construye con el tiempo.
Sueño en Córdoba con unas elecciones puras como la lluvia. Ayúdenos a erradicar la compra de conciencia y que la alegría del día de la votación no la enturbien billetes de contratos públicos. Que las decisiones sean autónomas. Muéstrenos que tienen límites en sus gastos de campañas: los topes que la ley ordena y que no entran a jugar las necesidades insatisfechas de la región para doblegar la libre determinación del elector.
Ustedes son los encargados de la maduración del elector. Que el zinc, el cemento, las matriculas y las otras meriendas preelectorales desaparezcan .Es deber del estado cumplir con responsabilidad y ordenar estos subsidios.
Estimulen los controles, cuiden el presupuesto haciendo públicas las partidas regionales y con pliegues abiertos su concurso de licitación. Las veedurías ciudadanas garantes de la libre elección a la mejor oferta. Hagamos una página web de seguimiento. Reinventen el sector público del departamento y recuperen su misión: un escenario para servir.
Solo generosidad y decisión se necesita para ganarse el respeto; no hay que esperar el acto legislativo radicado la semana pasada o la consulta anticorrupción. La “Bancada Córdoba Unida” y su deber ser: agricultores comprometidos en sembrar y hacer germinar con su ejemplo la semilla de la transparencia. El Valle del Sinú maltrecho lo pide a gritos; conservo en mi corazón los aplausos que los algodoneros en su búsqueda del renacer y camino hacia la paz les dieron a estas palabras. Estos aplausos los están llamando Señores Congresistas, buscan iconos y referentes de los cuales nos sintamos orgullosos. Ustedes tienen esta oportunidad.
Solo le estamos pidiendo coherencia. Intenciones no, hechos sí.
Así ganan nuestro respeto.
Publicado: agosto 24 de 2018