Es deber de todos posar nuestra mirada y fijar nuestra atención en el sufrido municipio de Ituango, que además de padecer la amenaza de la represa, tiene que lidiar con un problema monumental que afecta a los jóvenes de esa población.
En los últimos días han circulado delicadas y preocupantes denuncias en el sentido de que profesores de esa localidad venden drogas psicoactivas a sus alumnos, un hecho que debe ser investigado y castigado con toda la severidad.
La droga es la madre de todas las tragedias que puede padecer una sociedad e Ituango así lo ha venido experimentando. La gobernación de Antioquia ha revelado que, además del expendio de drogas por parte de los maestros, en ese municipio se ha registrado un angustiante crecimiento de la deserción escolar por cuenta del reclutamiento de menores llevado a cabo por las bandas armadas ilegales que delinquen en el norte de Antioquia.
La policía ha documentado alrededor de 60 casos de jóvenes que han abandonado las aulas para sumarse a las filas de la ilegalidad, particularmente en 3 estructuras delincuenciales que operan en esa región, en la que “El Clan del Golfo” ejerce una presencia e influencia inocultables.
Gracias al desgobierno de Juan Manuel Santos, la ilegalidad reverdeció en nuestro país. Los cultivos ilícitos crecieron exponencialmente y los grupos ilegales se convirtieron en poderosas organizaciones responsables del reclutamiento forzado de centenares de menores de edad.
El caso de Ituango es particularmente delicado. Urge que se tomen las medidas necesarias para salvaguardar la vida de los habitantes de ese municipio y de toda la región del norte de Antioquia, amenazada por bandas mafiosas que ofrecen jugosos “sueldos” para seducir a los jóvenes que a la postre terminan siendo víctimas del reclutamiento forzado.
Además de combatir los grupos ilegales, es prioritario empezar cuanto antes un programa agresivo para la erradicación de los cultivos ilícitos y el control de los puertos clandestinos desde donde las bandas criminales sacan la cocaína hacia otros países.
Del mismo modo, es necesario que la gobernación de Antioquia y la ministra de Educación tracen un plan de contingencia para hacerle frente al drama del expendio de drogas en ese municipio. Propondré en las próximas horas un encuentro de alto nivel que desemboque en la planificación y puesta en marcha de un plan piloto de lucha contra el consumo de drogas en los colegios de nuestro país, teniendo como primer lugar de ejecución al municipio de Ituango.
El país debe cerrar filas contra el consumo de drogas en los colegios. No es admisible que sean los propios profesores quienes sean los expendedores de los alucinógenos. Frente a esa realidad, demandamos una acción rápida y contundente de la fiscalía general para efectos de encarcelar y llevar ante los jueces de la República a esos desadaptados que, valiéndose de su condición de profesores, inducen a los niños al consumo de drogas ilícitas.
Desde ya, los invito a que unamos esfuerzos con el propósito de ponerle punto final a la tragedia que vive el azotado municipio de Ituango.
Publicado: agosto 27 de 2018
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