El viernes 7 de febrero de 2003 a las 8:09 de la noche, las Farc cometieron uno de los ataques terroristas más demenciales de su historia criminal. El secretariado, compuesto por algunos de sus hoy “honorables” congresistas, encargó a Hernán Darío Velásquez, alias el Paisa, que hoy se encuentra fugado junto a Iván Márquez, para que planeara y ejecutara la destrucción total del Club el Nogal. Y así fue como acondicionaron un Renault que fue estacionado en el parqueadero del club por John Freddy Arellán Zúñiga, un jugador de squash con problemas económicos y sobrino de milicianos de las Farc. A John Freddy sus propios tío le hicieron creer que la bomba explotaría a las 10 pm y que eso le permitiría tener el tiempo suficiente para salir ileso del ataque. Sobra decir que su nombre se suma a la cifra de fallecidos ese día.
Durante estos últimos 15 años nadie ha puesto en duda que las Farc fueron las responsables de ese atentado terrorista. Recién se cometió el ataque, sus cabecillas negaron todo tipo de responsabilidad y solo mediante las pesquisas judiciales se logró llegar a la verdad de los hechos. Los hermanos Arellán, Herminsul (especialista en explosivos y miembro activo de las Farc) y Fernando fueron capturados y condenados por todos los delitos que conllevan un plan de esta magnitud.
En febrero de este año Carlos Antonio Lozada, miembro del secretariado y senador acudió a la JEP para darle su versión a las víctimas del Nogal. Lo primero que hizo fue calificarlo como un error – imagínense un error – como si no supiera que las consecuencias de plantar una bomba en un club social donde acudían hombres, mujeres y niños pudiese acarrear la muerte de los mismos. Me atrevería a asegurar que esa noche, cuando se enteraron del éxito de su operación, lo celebraron. A pesar de decir que había sido un error, pretendió justificar el error diciendo que el Nogal era un centro de operaciones contrainsurgentes. Oigase bien, según las Farc en el Nogal se reunían altos funcionarios del gobierno con paramilitares y además pernoctaba la ministra de defensa y hoy vice presidente, Marta Lucía Ramírez. Lamentablemente la tesis del guerrillero Lozada parece haber sido tomada en consideración en el polémico fallo de esta semana del Consejo de Estado que condenó a la Nación por el ataque. El fallo será enviado Centro de Memoria Histórica, a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y a la Comisión de la Verdad.
Con el envío de este fallo al Centro de Memoria Histórica y a la Comisión de la Verdad se asegurarán de que en los anaqueles de la historia quede impreso para generaciones futuras que la Nación, es decir el pueblo colombiano – ustedes y yo – somos los responsables por la decisión de los hoy senadores de las Farc de volar un club social y a cuanto civil se encontraba adentro. Y con el envío del fallo a la JEP podrán hacer maravillas. Así como cuando le dieron un permiso a Fernando Arellán, que ya había sido condenado a 40 años de prisión, para que pudiese irse de vacaciones a descansar en Islas Margarita.
Si señores, esta es la situación: Las Farc no fueron ni serán condenadas por sus delitos, la Comisión de la Verdad y el Centro de Memoria Histórica cuyos miembros son personajes afectos a la izquierda y a todas sus formas de lucha serán los que plasmarán su verdad para las futuras generaciones de colombianos. Cuando sus nietos estudien historia les dirán que por el terrible atentado contra el Club el Nogal fue condenada la Nación.
Publicado: agosto 24 de 2018
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