La elección de Felipe Córdoba como nuevo Contralor General de la República, es el resultado de un largo proceso y de un pulso desgastante por ese cargo en el que las mayorías resolvieron ofrecer su voto por quien fuera vicecontralor y auditor general de la República.
Córdoba logró ganarse el respaldo de los partidos liberal, conservador, Cambio Radical, La U y un sector muy importante del Centro Democrático. De los 51 congresistas de la bancada uribista, 39 votaron por él.
El presidente Iván Duque, por primera vez en la historia reciente de nuestro país, no comprometió el respaldo del Ejecutivo por ninguno de los candidatos. Su posición fue clara y contundente, dejando claro que la función de elección del Congreso iba a ser respetada, sin guiños ni manipulaciones desde la Casa de Nariño.
Minutos antes de la elección del doctor Córdoba, el Centro Democrático emitió un comunicado en el que reconoció que iba a ser imposible que José Félix Lafaurie –el aspirante que gozaba de simpatía en un sector de la bancada uribista- se alzara con la victoria: “las mayorías del Congreso no han expresado apoyo a nuestro candidato. Acatamos la decisión que tome el Congreso para elegir al Contralor con la cual finaliza el proceso de convocatoria pública, que consideramos transparente”.
Acá no hubo vencedores ni vencidos. Una mayoría indiscutible del CD votó por Felipe Córdoba, quien valga recordar se forjó políticamente a la sombra del presidente Uribe, cuando este aspiró a la presidencia de la República en 2002 y Córdoba, con 22 años de edad, fungió como su coordinador de jóvenes universitarios.
Luego, se desempeñó como coordinador del programa de lucha contra la corrupción enfocado en los jóvenes colombianos, durante el gobierno de Álvaro Uribe.
El presidente Duque puede tener la tranquilidad de que el Congreso de la República procedió de acuerdo con su lineamiento al elegir, con 203 votos, a alguien que no será contralor de bolsillo del gobierno, ni de bolsillo de la oposición.
Publicado: agosto 20 de 2018
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