La noche del 24 de julio, horas después de que se conociera que el cuestionado magistrado José Luis Barceló había vinculado mediante a indagatoria al presidente Uribe, en un evidente montaje judicial, tuvo lugar el debate diario del programa Hora 20 que dirige la reconocida periodista Diana Calderón.
Aquella noche, los panelistas invitados fueron el director de Semana y sobrino del presidente de la República, Alejandro Santos, el concejal de Bogotá Juan Carlos Florez, un sujeto de apellido Racero y el exministro y mano derecha de Germán Vargas Lleras, Luis Felipe Henao.
Valga recordar que durante el gobierno de Uribe, Henao fue viceministro de Vivienda, pero por cuestiones de cálculo político y asesorado pésimamente por un mercenario virtual, en las elecciones anteriores resolvió proferir ataques personales de pésimo gusto contra el presidente Uribe y sus más cercanos colaboradores.
En efecto, en plena campaña, Henao llegó al extremo inaudito de aseverar a través de sus redes sociales que él evitaba debatir con los uribistas por temor a ser asesinado.
La noche del 24 de julio pasado, cuando se desarrollaba el debate radial en el que el tema central era el llamado a indagatoria del presidente Uribe y su renuncia al senado de la República, se presentó un hecho que está plenamente confirmado: el magistrado Barceló de manera directa estableció comunicación con Henao mientras se desarrollaba el programa. La insistencia del togado fue de tal magnitud, que Henao en un momento, tuvo que salirse de la cabina para poder atender el asunto.
Fuentes conocedoras del caso, aseguran que entre los argumentos que Barceló le dictó a Henao estaba el de la renuncia del presidente Uribe como mecanismo para evadir la acción de la corte suprema de justicia, pues sin investidura como congresista, el presidente pierde el fuero y su investigación indefectiblemente debe pasar a manos de la justicia ordinaria.
Aquella comunicación de Barceló prueba la intención política que hay detrás de la investigación contra el presidente Uribe. Nadie entiende por qué un magistrado de la más alta corte de nuestro país, esté comunicándose con un panelista de un debate radial para dar cartilla y compartir sus razones con el fin de que sus instrucciones sean transmitidas a través de los micrófonos.
Es sabido que Barceló se encargó de ambientar el caso del presidente Uribe a través de filtraciones a los medios de comunicación, particularmente a periodistas que son reconocidos y enconados enemigos del exmandatario de los colombianos.
Es hora entonces de que Henao, cuyo temperamento es motejador, intrigante y conspirativo, tenga un gesto de honestidad con el país y rompa su silencio para contar exactamente lo que sucedió. Resulta inadmisible desde todo punto de vista que un juez, en este caso el magistrado Barceló, tome su teléfono para enviar mensajes con el propósito de encauzar una discusión pública por el camino que a él le conviene.
Este portal le preguntó a Henao sobre el particular y él resolvió guardar silencio.
Uribe ha dicho que no tiene interés alguno en que su proceso salga de la corte suprema. Él es un hombre de honor y siempre le ha puesto la cara a todas las situaciones y dificultades. Como bien ha repetido en las últimas horas, “en mi designio de vida está combatir la infamia, desde la libertad o desde la cárcel. Que se sepa la verdad sobre estos hechos”.
Pero lo que se necesita en este caso, más que determinar quién tiene o no la competencia sobre la investigación contra el presidente, es el de garantizar que el proceso se justo, transparente y sin manipulaciones. Y es obvio que el señor Barceló no ha sido un juez ponderado, sino un activista político encarnizado.
Publicado: julio 30 de 2018
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