“Que esta criatura (la JEP), la cual se concibió en La Habana y quedó plasmado (sic) su diseño en los acuerdos allí suscritos entre las FARC-EP y el Estado colombiano está naciendo y está naciendo bien. Este es un tribunal único, una experiencia única en el mundo, creado por los mismos insurgentes. En que los mismos insurgentes contribuyeron a su creación para someterse a ese tribunal. No hay antecedentes en el mundo en ese sentido”. Con brillo en sus ojos continuó su declaración diciendo: “Yo decía, incluso cuando me tocó presentarme, y lo quiero reiterar aquí ante la opinión y ante los medios, la emoción qué sentí de ver plasmado ya en la práctica eso que duró tanto, que fue tan duro, tan difícil construirlo en la Habana.”
Estas declaraciones de Rodrigo Londoño, alias Timochenko, ofrecidas en una rueda de prensa organizada después de su comparecencia ante la JEP hace pocos días, son la prueba plena y suficiente de que dicho tribunal fue diseñado por y para los guerrilleros. No se equivocó el cabecilla de dicha organización narcoterrorista al decir que no hay antecedentes de esto en el mundo porque en ninguna parte del mundo, excepto en Colombia, se les ha permitido a los delincuentes crear su propia justicia, escoger a sus jueces y prefabricar los fallos. Cabe anotar que no tiene precedentes que a esta audiencia no se les haya permitido entrar a las víctimas, alrededor de las cuales supuestamente se construyó el acuerdo.
La declaración de Timochenko, que es más bien una confesión, explica el porqué de su llegada triunfante, con puño levantado y sonrisa amplia, a las instalaciones de la JEP. Él no estaba llegando a ser juzgado, él estaba llegando a constatar con sus propios ojos la materialización de su sueño de impunidad. La criatura bastarda y malformada respiró y nació a la vida, y su padre llegó a darle la bienvenida.
Para entender lo descabellado que supone toda esta situación vale la pena extrapolarla y aplicársela a cualquier otro bandido que no tenga la “fortuna” de portar un brazalete de las Farc. Por ejemplo, ¿qué tal si se creara un tribunal especial para juzgar a los maltratadores, asesinos y violadores de menores de edad? Si está de acuerdo porque comparte la preocupación por el aumento de esos deleznables delitos contra nuestros niños, ahora le pregunto: ¿qué tal si las reglas bajo las cuales se rigiera ese tribunal fuesen diseñadas por connotados violadores y asesinos de niños como Rafael Uribe Noguera y Luis Garavito? Por último, supongan que dentro de las reglas de ese tribunal se estableciera qué, siempre y cuando cuenten toda la verdad, con pelos y señales, los violadores pudieran salir libres y premiados con una curul en el Congreso de la República. Sería inconcebible aunque no podemos olvidar que lo que hicieron Uribe Noguera y Garavito también lo hicieron miembros de las Farc de manera sistemática.
Dentro de las cosas “nunca antes vistas” la criatura de Timochenko permitió que extranjeros escogieran a los magistrados del Tribunal Especial. Diego García Sayán (peruano), Juan E. Méndez (argentino), Álvaro Gil-Robles (español), José Francisco Acuña (colombiano) y la colombiana profesora de la Universidad Nacional Claudia Vacca González fueron los encargados de escoger a los magistrados de la JEP. Ellos a su vez fueron escogidos por organismos nacionales e internacionales. A tres extranjeros y dos colombianos escogidos por otros extranjeros se les facultó para escoger a los magistrados de la criatura de Timochenko concebido con el objetivo único de otorgarle impunidad a su padre y a sus compañeros de lucha.
Publicado: julio 20 de 2018
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