Se va el presidente Santos y deja un país devastado y con una gran polarización, dado el discurso de “amigos y enemigos de la paz”.
Es loable el intento de pacificar el país, pero inconcebible dejar crecer los cultivos de coca a 210.000 hectáreas y casi 1.000 toneladas exportadas. Inundando no solo al mundo de cocaína, sino al consumo interno, que ha aumentado. Produciendo un nuevo panorama de la violencia y en la mutación en varios ejércitos dedicados al negocio y dentro de ellas la disidencia, con los frentes Farianos expertos en narcotráfico.
Desafortunadamente la paz ha sido una falacia, no solo la de ahora sino la de siempre. Desde la primera república venimos confrontando, y en los últimos 120 años por la guerra de los partidos políticos, más reciente por las injusticias sociales (que aún perduran), la actual por el narcotráfico, y la de mañana quien sabe cuál será; tal vez la de administrar justicia por las propias manos.
La de hoy, montada sobre el sofisma que ya no hay heridos en el Hospital Militar. Pues no los hay por la razón que el ejército está de “brazos caídos” y no cumple su función de proteger a los colombianos, cuando el 85% de las víctimas son civiles.
Los indicadores demuestran que no se ha avanzado casi nada. Y la paz de hoy solo consiguió amnistiar a 15 jefes que no podían siquiera moverse por lo pesado de sus barrigas.
Según el Centro Nacional de Memoria Histórica, 60 años de conflicto dejó 320.000 homicidios, 33.000 desaparecidos, 5.750.000 desplazados, 2.120 masacres, 34.100 secuestrados, 2.460 víctimas por violencia sexual. Esto, es horrendo. La violencia está muy lejos de desaparecer según nos hacen creer. Si uno divide las cifras entre los 60 años, arroja los siguientes resultados:
En 60 años hubo 566 secuestros por año. Aunque este dejo de ser un medio para la consecución de recursos económicos, dado lo dispendioso de la logística, y ante la alternativa de conseguirlo mejor con el narcotráfico. Sin embargo habido en los últimos 8 años 360 secuestrados.
Los desplazados en 60 años han sido 95.000 personas por año. Las cifras después del acuerdo son 90.000 personas desplazadas, todas por la “guerra de la cocaína”.
De la violencia sexual hubo 2.460 en 60 años, es decir 41 personas por año. Después del acuerdo van 4.316 personas violentadas, es decir 48 por día. Personas asesinadas 320.000 en 60 años, son 5.300 personas por año. Después del acuerdo matan 10.600 por año. Según medicina legal hay 32 homicidios diarios. Todo producto de la descomposición de esta nueva forma de violencia que es el narcotráfico.
La conclusión es que nunca habido paz, y si disminuyó cuando el Estado hizo presencia en los territorios, y se atacaron los cultivos de coca.
¿Cuál será la solución? Sabemos de sobra que con narcotráfico y sin justicia (sobre todo social) jamás habrá paz.
Publicado: julio 12 de 2018
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