El 11 de diciembre de 1997, con el ocaso del sol, cerca de 300 guerrilleros del frente 45 de las Farc al mando de alias “Grannobles” se tomaron a sangre y fuego el casco urbano de Guaca, Santander. El blanco del accionar terrorista fue contra la estación de Policía, la Alcaldía, la Registraduria, el banco agrario y el hospital; esa noche murieron dos policías y varios civiles. Al día siguiente, 43 valientes policías salieron de Bucaramanga por la histórica carretera destapada que comunica a la capital santandereana con Málaga, después de dos horas de recorrido, en el sitio Alto El Término fueron emboscados por los rufianes de las Farc, la tragedia no pudo ser más dramática, cuatro policías fueron masacrados y 19 de ellos quedaron gravemente heridos.
La toma guerrillera de Guaca no fue la primera ni la última en el departamento de Santander, por el contrario, para esa época, se tenía noticia con anticipación de cuál sería el siguiente municipio en quedar en manos de la guerrilla. Las provincias de García Rovira, Vélez, Comunera, Guanenta, Mares fueron “gobernadas” por frentes de las Farc y el ELN donde ejecutaban actividades ilegales imaginables e inimaginables contra la población civil. En Soto Norte, operó el bandido alias “El Nene” comandante de un reducto del EPL, era tan poderoso su estructura criminal que llegó a sitiar a Bucaramanga, donde en plena luz del día y en medio de la mirada angustiante de ciudadanos, secuestraba y asesinaba a quien se negara a pagar sus intimidantes y humillantes extorsiones.
Finalizando la década de los 90 y con los esplendores del nuevo siglo, Santander se convirtió en escenario dantesco por el surgimiento de los grupos paramilitares quienes, sin pausa ni tregua, iniciaron la más feroz persecución contra los diferentes frentes guerrilleros que operaban en Santander. En el año 2002 el desgobierno se apodero de Santander, cerca del 90% de los alcaldes despachaban desde el Palacio Amarillo en Bucaramanga (Gobernación de Santander). Las cabeceras municipales y sus zonas rurales estaban al garete por ausencia física de policía y ejército, quienes técnicamente habían perdido capacidad operativa y logística para enfrentar la arremetida terrorista en Colombia.
Finalizando el gobierno de Andrés Pastrana, Colombia tenía calificativos internacionales de Estado fallido. El crecimiento desmedido de cultivos ilícitos, la ausencia institucional del Estado en la mayoría de sus municipios, la barbarie terrorista que crecía día a día y la crisis económica, acercaban a Colombia al despeñadero. En el año 2002, el candidato presidencial Álvaro Uribe, avalado por el moviente “Primero Colombia” derrotó al candidato del histórico Partido Liberal, Horacio Serpa, en primera vuelta con el 54% de los votos. El gobierno de Uribe se concentró en la recuperación de la seguridad, el orden y la economía, en sus primeros años.
En Santander sí que sintió y se vio la obra de Gobierno de Álvaro Uribe. La implementación de la Seguridad Democrática permitió devolverle la institucionalidad a todo el departamento y lo más valorado por los santandereanos, la seguridad y tranquilidad de sus habitantes. La política de “Mano Firme” contra los grupos terroristas y delincuenciales permitió el crecimiento económico de Santander: pasamos de ser un modesto departamento en el escalafón económico del País a ser la cuarta economía de Colombia.
Son varios los problemas que faltan por resolver en Santander, especialmente los de infraestructura, pero es innegable e imborrable que los santandereanos profesamos especial gratitud con el Presidente Uribe por devolverle a esta tierra el patrimonio individual y colectivo más importante que tienen los ciudadanos en las democracias modernas: seguridad, tranquilidad, orden.
Las nuevas generaciones, esos electores que están entre los 18 y los 30 años desconocen la historia, la que cuentan, la que les cuentan, está llena de falacias y manipulaciones políticas. Es oportuno recordar la historia para reafirmar por qué el uribismo es fuerte en Santander, y por qué Iván Duque ganó en primera vuelta en Santander y lo hará contundentemente en segunda vuelta.
Iván Duque será un extraordinario Presidente, un gobernante de transición generacional e ideológico, será un Presidente que le dará un nuevo aire y contenido a la derecha colombiana, a la política moderna. El gobierno de Duque archivará a las FARC en los anaqueles del olvido y el despreció, merecemos mejor suerte, mejor destino, nadie nunca más puede volver a intimidar y humillar a la sociedad como lo hicieron ellos, como lo intentan los que convirtieron la tierra, nuestra tierra, en despensa de droga para el mundo, somos una vergüenza internacional.
El Gobierno de Iván Duque será: legalidad, emprendimiento y equidad. SANTANDER será consentido por el gobierno de Duque, seremos garantes, seremos intensos en recordar la deuda histórica que tiene el bogocentrismo con esta región de valientes.
¡Gracias Santander! ¡Duque Presidente!
Publicado: junio 11 de 2018
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