De la Revista Semana traigo para mi columna la siguiente información, que fue publicada recientemente por ese y otros medios de comunicación: “Con el dato de que en el primer semestre del año el PIB creció 2,2 por ciento, se comenzó a reactivar la actividad económica. Sin embargo, en la finca raíz se está presentando un fenómeno curioso. Muchas personas que compran casas o apartamentos por estos días están pidiendo que les incluyan la que han llamado la ‘cláusula Petro’. Esta consiste en que se entregan arras para concretar la compra, pero el cierre está sujeto al resultado electoral. Si gana Gustavo Petro, se deshace el negocio y el vendedor tiene que devolver las arras.”
Ese es un mensaje claro sobre la suerte de nuestra economía que estará en juego final el próximo domingo 17 de junio. El temor de que la inversión extranjera se ahuyente, los inversionistas nacionales se espanten y saquen sus capitales hacia otros países, y el espejo en el que nos estamos viendo con las decisiones de régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, nos determinan la necesidad de no dar un salto al vacío creyendo en el populismo de Gustavo Petro, que a la final, de llegar a ser elegido Presidente de Colombia, nos conduciría por un sendero, primero de confrontación entre ricos y pobres para luego un éxodo masivo de pobres como el que vive hoy la República Bolivariana de Chávez.
Que los contratantes de las promesas de compraventas de finca raíz estén incorporando al texto del contrato una cláusula de retractación del negocio si llegase a ganar Gustavo Petro, no sólo demuestra la desconfianza inversionista, sino que anuncia la debacle económica y financiera de un eventual triunfo de Petro. La recesión económica se asoma como fantasma en estas elecciones y más que eso, la depresión de la economía por la caída de negocios de finca raíz, hipotecas, seguros y demás actividades que cesarían producto del cumplimiento de la cláusula Petro, asusta.
Por eso, como colombianos responsables con la estabilidad económica del país, pensando en la apertura de un escenario de reconciliación es preciso invitar a los demás ciudadanos a acompañar a Iván Duque, con la seguridad que es un colombiano capaz de entender el momento de transición nacional en el que deberán deponerse actitudes poco responsables con la paz y a partir del interregno previo, avancemos en un proceso de desideologización del Estado para que lo único que nos convoque sea la construcción de un nuevo país, una nueva patria con oportunidades para los de izquierda, de centro y de derecha. Las política públicas deben ser como los leyes, erga omnes.
Publicado: junio 12 de 2018
5