Quiero compartirles estas reflexiones sobre el futuro de Colombia y como bien califican: es confuso. Quien escribe pertenece a la generación “BabyBoomers”; para hablarles doy dos saltos atrás y me ubico en la de ustedes: la de los Milenios o generación Y. Alcanzaron la mayoría de edad con el cambio de siglo; tienen una agilidad bárbara con la tecnología y un cerebro con suficiente plasticidad para cuatro idiomas y simultaneidad de tareas. No sé cómo hacen; pero, hay tiempo para todo. Les pido un favor: lean sin contestar el celular o mirar el PC estos pensamientos; especialmente, antes del próximo domingo.
Les duele y preocupa el país; rechazan ofertas laborales en el exterior y regresan para hacer parte del equipo de jóvenes que quieren empujar el desarrollo de la patria. Su generación constituye más del 30% de la población. Son defensores de la meritocracia, se guían por la estrategia del conocimiento y rechazan la violencia como herramienta de los cambios. Como profesores son más exigentes de lo que fuimos nosotros pero nos une el encanto de aprender y enseñar. No aceptan los privilegios y viven asqueados por la corrupción. Esta y la impunidad los tienen desinflados. Sus credos nos han enseñado aceptar las diferencias. Son mineros de la equidad. Están desilusionados con el sector público y prefieren estar pasivos en su transcurrir.
Han conjugado la libertad y disfrutado la opción de elegir. En su vida no han conocido un régimen que les corte las alas. Han podido volar y las metas no alcanzadas les han enseñado corregir el rumbo. Sus cicatrices por las caídas están fortalecidas; a diferencia de las de Ícaro, han nacido callos y cada día deben volar más alto. Es un privilegio de su generación. El otro legado que les hemos dejado es un firmamento en blanco para que, sin tiranía o dictadura, lo dibujen con la tinta de la democracia.
Nuestro cielo no se parece al que vio Bolívar en la “Carta a Fanny”, hoy con tantos escotomas. Hay que derrotar la abstención; necesitamos que el firmamento de la democracia incluya a todos los colombianos y su voto resplandezca alineando el camino del futuro de la patria. Ustedes y yo rechazamos a los indiferentes que no participan.
El voto en blanco es el rechazo a las dos propuestas, entiendo las miles de razones que lo motivan. Es un llamado de atención para que se corrija el rumbo. Lo siento como un voto sano pero también es una oportunidad perdida. Es un voto sin compromiso y sin norte. Su generación no puede quitarse la camiseta en el partido del próximo domingo.
Alguien conectado con su generación, de una trayectoria limpia, decente y unas propuestas coherentes y viables, los está invitando para que lo acompañen. Su voto de confianza a Iván Duque es un imperativo generacional; apóyenlo en sus genuinos proyectos de cambiar a Colombia. Los BabyBoomers le apostamos confiados al relevo y tenemos la convicción que con esta decisión vamos a lograr un mejor futuro para todos.
Remberto Burgos de la Espriella
Publicado: junio 15 de 2018
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