Este fin de semana de festival en Valledupar se pudo evidenciar algo que era bien sabido desde hace semanas: los vallenatos están con la candidatura de Iván Duque. A pesar que cierto candidato populista se empeñe en estigmatizar a grandes compositores y representantes de nuestra cultura de hacendados paramilitares o sostener que la política económica de Duque secará las aguas del Rio Guatapurí, la verdad es que ocultar el gran apasionamiento que existe en torno a este gran líder es, sencillamente, ¡imposible!
Valledupar y el Cesar han estado en el completo olvido de este Gobierno. Tras ocho años de promesas y grandes anuncios publicitarios la realidad de esta región del País es clara: la delincuencia está por las nubes, hacer empresa se convirtió, prácticamente, en una profesión de alto riesgo y las preocupaciones de su población se encuentran en el último renglón de prioridades de una administración nacional que tiene su horizonte moral en la sabana de Bogotá.
Por eso, cuando los grandes representantes de la cultura vallenata ven en Iván Duque el hombre ideal para gobernar las riendas de esta Nación, no solamente lo hacen pensando en las grandes propuestas que él tiene frente a las industrias creativas como la música y la cultura, sino identificando que el amor que le tiene a todas las regiones del País es genuino y, efectivamente, el afecto al Cesar no se queda atrás.
En esta campaña a Iván Duque lo han atacado de sobre manera diciendo que es “El títere de Uribe”, afirmación completamente irrisoria que denota el desespero de sus contrincantes al no poder derrotarlo en un debate de ideas y argumentos. No obstante, si algo ha procurado enseñarle Uribe a Duque y a todos los colombianos es a querer y preocuparse de igual manera por todos los sectores del País, atendiendo las necesidades del tendero de Tamalameque y el empresario bogotano con el mismo interés y preocupación.
Y es que es más que claro que Valledupar y el Cesar necesitan atención a sus necesidades durante todo el año y no solamente en el fin de semana del Festival donde el alto Gobierno asiste a las parrandas y después sufre de amnesia selectiva cuando se les cuestiona sobre las acciones que han de tomar para mejorar la calidad de vida de esta región.
Esta desafortunada y bien conocida situación no puede seguir ocurriendo, razón por la cual Valledupar y el Cesar requieren un Presidente que les de la mejor atención posible, que los saque del olvido, que explote el impresionante potencial que tiene nuestra cultura nacional y, lo más importante, que le devuelva la esperanza a un País que ha perdido su norte pero que sabrá dejar atrás la violencia y la impunidad para darle paso a la seguridad y la prosperidad.
¡Duque Presidente!
Publicado: mayo 4 de 2018
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