Las elecciones del próximo domingo son, sin duda alguna, las más importantes de los últimos 25 años. No se decidirá únicamente quién será el gobernante de los colombianos durante el cuatrienio venidero, sino el modelo de Estado que se implementará en nuestro país.
En 1998, cuando el golpista Hugo Chávez llegó al poder, lo hizo enarbolando un discurso de ruptura con el régimen de libertades democráticas. Aquel chafarote supo capitalizar a su favor el descontento ciudadano frente a la clase política tradicional venezolana.
Dijo Chávez que estaría en el poder durante 4 o menos años. Han transcurrido 20 y la dictadura sigue entronizada en ese martirizado país que hoy es uno de los más empobrecidos y corruptos del planeta.
Miseria, destrucción, odio y tristeza son, desde mi punto de vista, las 4 principales características del socialismo.
El modelo venezolano es el que Gustavo Petro le está ofreciendo a los colombianos. Expropiación a los ricos, inseguridad jurídica, una constituyente de corte chavista que lo habilite para perpetuarse en el poder. Lucha de clases, enfrentamiento entre unos y otros. Así como gobernó a Bogotá, sembrando odio y promoviendo el rencor, Petro gobernaría a Colombia.
No podemos permitir que nuestro Estado sucumba ante ese dirigente autoritario y enemigo de la democracia.
Desde el Centro Democrático, hemos promovido la candidatura de Iván Duque, un líder a carta cabal. Se trata de un hombre con ideas clara y posiciones firmes. Un demócrata integral que tiene claro el destino por el que debe ser conducido nuestro país.
Se trata de un político responsable, estudioso, respetuoso del Estado de Derecho, pero sobre todo, convencido de la necesidad de evitar que Colombia caiga en las garras perversas del castrochavismo que representa Gustavo Petro.
Claro que es posible liquidar este asunto en la primera vuelta. No hay encuesta que niegue que Duque vaya de primero en la intención de voto. Algunas lo ubican muy por encima del 40%, razón por la que no está de más hacer un llamado a la serenidad y reflexión de aquellos colombianos que definitivamente se oponen a la implantación de un sistema de gobierno que antagonice con los valores democráticos republicanos.
Que la circunstancias estimulen el voto útil. Iván Duque es el candidato que tiene un mejor programa de gobierno, el cual es responsable, plausible y riguroso. La mejor forma para ganarle el pulso a la amenaza totalitarista de Gustavo Petro, es imponiendo una mayoría incontrovertible en la primera vuelta. En 2002 se pudo con la victoria de Álvaro Uribe quien obtuvo aquella vez poco más del 53% de los votos.
El próximo domingo podemos repetir aquella epopeya. Durante el plebiscito que tuvo lugar hace un año y medio, obtuvimos una mayoría que ninguna encuesta había querido visualizar. Nosotros, que estamos en las calles haciendo proselitismo, sí hemos podido palpar el gran entusiasmo que despiertan Iván Duque, el Centro Democrático y la coalición que nos acompaña.
Cada minuto y cada voto cuenta. Estas horas que faltan para las elecciones son trascendentales. No podemos aplacarnos ni desfallecer. Vale la pena hacer este último esfuerzo. El domingo 27 de mayo concurriremos masivamente a las urnas para decirle sí a Colombia votando por Iván Duque Márquez quien será el próximo presidente de la República.
Publicado: mayo 21 de 2018
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