“Libertad es la facultad de obrar o de abstenerse; libertad es fortaleza para hacer lo que conviene; libertad es la potestad que se disfruta en una nación bien gobernada para decir o actuar lo que no se oponga a las leyes, a la justicia y al derecho ajeno; libertad es inmunidad, privilegio o exención de cargas; libertad es falta de sujeción o subordinación…” Rafael Uribe Uribe – 1912
Nosotros, “lo cuchos” y retrógrados como nos califican los jóvenes, tenemos una ventaja: algunos, subidos al octavo piso como en mi caso, les llevamos entre cincuenta y sesenta años de una cosa que llaman experiencia y, a ellos, les parece bobada. Esta no cae como el maná del cielo como a los israelitas en el desierto, la adquirimos a fuerza de éxitos y fracasos que nos han dejado enseñanzas y, aprendemos más de golpes, engaños y traiciones en la vida, de lo que se aprende en la liviandad mundana.
Entiendo que se obnubilen con personajes que les parezcan interesantes como Antanas Mokus, en su tiempo le devolvió a Bogotá el sentido de pertenencia a base de mimos, espada de caucho y zanahoria al frente de la vara; Claudia López, gritando contra la corrupción que nos corroe; Sergio Fajardo pensando en el álgebra de Baldor para resolver los problemas del país o preguntándole a Mr. Google; Humberto De la Calle el gran libertador por lograr el “mejor acuerdo posible”; Vargas Lleras, ex vicepresidente que sigue estancado; y, desde luego, Gustavo Petro, ex guerrillero, destituido de la alcaldía de Bogotá, pero restituido gracias a centenares de tutelas, maquinaciones, y el apoyo de otro avieso, Juan Manuel Santos, necesitado de sus votos para una reelección espuria, pero Petro funge de adalid de la moral, ejemplo de sobriedad y comportamiento, protector de los pobres y redentor.
Muchos jóvenes piensan votar por alguno de estos personajes inspirados por sus profesores, no pocos infiltrados en las universidades. Pocos alumnos, que yo sepa, se han tomado el trabajo de mirar las intervenciones de Petro en las plazas públicas donde instala equipos de sonido de última tecnología, transporta en decenas de buses incautos campesinos o gentes de barriadas atraídas por suculento refrigerio. Los debates presidenciales difieren de sus discursos, están programados para engañar la galería diciéndole lo que oír quiere.
No leen tampoco columnistas serios, pertenecientes a la otra cara de la moneda como los que aparecen en estos enlaces, para solo mencionar dos:
ELN: ¿futurología a corto plazo?
Lo que está en juego, es la libertad de la patria, así tenga defectos. Defectos tenían Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Salvador, para no mencionar Brasil y Argentina, que lograron liberarse del yugo. ¿Y qué lograron corregir los gobiernos de Los Castro; Chávez y Maduro; Daniel Ortega; Evo Morales; y Salvador Cerén? ¿Mejoraron el campo?, ¿disminuyeron la pobreza?, ¿acabaron con la delincuencia?, ¿defendieron la libertad de expresión? ¿zanjaron la corrupción o abandonaron los corredores del narcotráfico? Solo investíguenlo. Lograron sí modificar constituciones para perpetuarse en el poder y manipular elecciones o ignorar resultados adversos para fungir como dictaduras, que es lo que son, “democráticas”.
Lo importante es no botar el voto y, para eso, solo hay dos opciones: o se vota por Petro, o por uno de los mencionados perdiendo el voto y dándole más chances al socialismo del siglo XXI, o se vota por Duque, así no les guste tanto, y contribuyen a la salvación de Colombia.
El rincón de Dios
“Los jóvenes tienen que hacerse valer. Los jóvenes tienen que luchar por los valores”. Papa Francisco
Publicado: mayo 4 de 2018
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