Si las encuestas se ratifican en las urnas, el próximo domingo queda por fuera de la carrera presidencial el candidato más poderoso en materia política, burocrática y económica: German Vargas Lleras. Técnicamente es la derrota de German Vargas Lleras, pero políticamente es la derrota de Juan Manuel Santos y de la Unidad Nacional.
Nadie como German Vargas Lleras ha construido el camino o mejor la autopista para llegar a la Casa de Nariño, pero en política la gente no olvida las incoherencias y ese error es el que tiene hoy al candidato de Cambio Radical en el cuarto lugar de las encuestas.
La candidatura de German Vargas Lleras es vista en la calle como la candidatura de la unidad nacional, esa coalición de partidos políticos que se pegaron a la teta del presupuesto nacional durante los ocho años de mandato de Juan Manuel Santos para aprobarle sin debate alguno sus proyectos y caprichos legislativos. Con German Vargas Lleras terminaron Cambio Radical, el Partido de la U, ese engendro fundado por Oscar Iván Zuluaga y que aglutinó los políticos gobiernistas de Uribe, luego los de Santos, y después los de Duque o de quien llegue a la Casa de Nariño, porqué siempre existirá esa masa de lagartos y burócratas que no se sonrojan brincando de un gobierno al otro…
German Vargas Lleras es de los hombres que reúne más características o requisitos para ser presidenciable, o mejor para ser presidente, para destacarse en el ejercicio del poder, para brillar, pero poseedor de un estilo particular, personal, único, que le impide conectarse con un electorado irracional y pasional. Solo le basto un coscorrón en público para quedar en la picota del desprecio colectivo de una sociedad que se pega de cosas reparables, tal vez injustificables pero que no ameritan el aniquilamiento político de un curtido y destacado líder como lo es German Vargas Lleras. Hoy que veo esa guerra entre vargaslleristas y uribistas en redes sociales, recuerdo el episodio cuando se pretendió inhabilitar al vicepresidente de la época German Vargas Lleras para ser candidato presidencial, por obra y gracia de un proyecto de ley que, abanderada el Senador Benedetti en comisión primera, y gracias al voto negativo del Senador José Obdulio Gaviria, fue archivado el propósito de sacar del camino presidencial a German Vargas Lleras.
Pero el electorado que le tenía respeto y admiración incluido el electorado uribista no le están cobrando con el desprecio en esta época de afectos y de odios el coscorrón, no señores, no crean a la gente tan primaria, el coscorrón es la excusa. El desafecto por German Vargas Lleras es que gobernó con Juan Manuel Santos, así sus asesores y él digan que se dedicó a las casas gratis y a la infraestructura cuando el país se hundía en bochornoso acto de La Habana. La gente le cobra en estos tiempos de vueltos su apoyo al acuerdo de impunidad otorgado a las Farc y su silencio cómplice del asalto universal del resultado del plebiscito, y también el inmodificable apoyo de su bancada Cambio Radical a los proyectos inéditos del fast track para burlar el ordenamiento jurídico establecido.
Y en las regiones. Ese rumor silencioso que tiene ruido de tormenta, de que la Fiscalía General presionó barones electorales para conseguir apoyos o que caciques electorales con líos en la fiscalía que se acercaron a la campaña para engavetar procesos terminó oliendo a mal entre los votantes de opinión que se negaban a creer que el nieto de Carlos Lleras Restrepo terminara en ese lodazal para obtener apoyos políticos.
Pero al final lo que más redujo en estas elecciones a German Vargas Lleras es la presencia de Álvaro Uribe Vélez, quien al final de cuentas es el jefe natural de la derecha colombiana, y este país es derecha así le llamen Centro Democrático o Cambio Radical.
Publicado: mayo 21 de 2018
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