En días recientes el candidato presidencial Petro invitó a que se vendiera la tierra de INCAUCA al Estado. Declaración que refuerza el temor de la ciudadanía y algunos sectores productivos de Colombia, que ven en sus propuestas el mismo modelo que Chávez implementó en Venezuela dos décadas atrás; modelo que acabo con el empleo y la oferta de productos y servicios generando pobreza y deteriorando radicalmente la calidad de vida de los habitantes.
Un presidente ejecuta políticas públicas, administra el Estado y tiene bajo su control la fuerza pública. Por lo anterior, cuando el candidato presidencial “invita” a vender, realmente está generando una exigencia pública atentando contra la propiedad privada, los capitales radicados en el país y la confianza inversionista, que se requiere para la creación de empleo y riqueza.
Lamentable que alguien que aspira a llegar a la Casa de Nariño amenace de tal manera la agroindustria de la caña que genera cerca de 188 mil empleos y desconozca que aporta el 0,7% del PIB de Colombia, el 3,7% del PIB nacional agrícola y el 38% del PIB agrícola del Valle del Cauca.
Necesitamos iniciativas serias, viables y convenientes que desarrollen el suroccidente colombiano en busca de generar empleo, bienestar y desarrollo en la región; una política que busque desarrollar el Pacífico, mejorando la infraestructura en zonas de ladera, apoyo sectores como el hortofrutícola, mejorando las condiciones de vida en municipios como Buenaventura y no persiguiendo a los generadores de empleo que garantizan la estabilidad económica necesaria para que nuestros jóvenes tengan un futuro exitoso.
De ejecutarse la propuesta de Petro se contribuiría eficazmente al objetivo de la izquierda radical de desestabilizar el suroccidente para ser tomado por la narco subversión y la ilegalidad. Hoy los departamentos de Cauca y Nariño tienen serios problemas de autoridad y orden como resultado de la alarmante producción de coca y las equivocadas políticas de entrega de tierras a comunidades que han terminado en lotes improductivos y autogobernadas por unos pocos.
Según el último informe de Monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos –publicado en 2017-, de la oficina de las Naciones Unidas contra la droga y el delito, en los departamentos de Nariño (29%), Cauca (9%), Valle (0.51%), Chocó (1%) y Putumayo (17%), se concentra el 57% del total de hectáreas cultivadas con coca a nivel nacional.
En la región a pesar de la ilegalidad reinante y la corrupción del sector oficial, tenemos al sector privado optimista. ¿Qué sucedería si se genera una crisis en la economía en el suroccidente y en la confianza inversionista?
Publicado: mayo 2 de 2018
Los comentarios están cerrados.