Hace más de un mes el país corroboró lo que todos bien sabemos, pero que algunos siguen intentando ocultar mientras juegan a las negociaciones de paz: los terroristas de las Farc mantienen su financiación del narcotráfico, que es a su vez el combustible que alimenta todas las guerras en nuestro país.
Tras meses de seguimientos la DEA desplegó un operativo en el que fue capturado el cabecilla de las Farc Seusis Pausivas Hernández Solarte, más conocido con el alias de “Jesús Santrich”, según la orden de una Corte Federal de los Estados Unidos al guerrillero se le acusa de continuar con la mencionada actividad delictiva con posterioridad a la firma del acuerdo de La Habana.
Fue entonces cuando el criminal acudió a una maniobra estrambótica y cargada de cinismo, tal vez apelando a la memoria de sus antepasados narcotraficantes, que repetían la máxima criminal de “prefiero una tumba en Colombia, antes que una cárcel en los Estados Unidos”, Santrich empezó una huelga de hambre como mecanismo de presión, según él hasta que las autoridades declararan que en su contra pesaba un complot para desacreditar su honor. ¡Qué tal el angelito!
La estrategia tenía una segunda parte, iniciar una partida de ping pong en donde las autoridades judiciales se lanzarían la pelota de un lugar a otro hasta enredar la serie y dejar en el campo de la JEP la decisión de si extraditar o no al bandido. No creo que haga falta predecir cuál será la decisión que se irá a tomar en dicho caso.
Pero como si fuera poco, la estrategia tenía una tercera parte, desgastado por su supuesta huelga el criminal fue trasladado a un centro de atención médico para posteriormente ser conducido a la Conferencia Episcopal, lugar donde reposa cómodamente ante los ojos indignados del pueblo colombiano, que no entiende cómo un sujeto que ha violado el Código Penal en su integridad tiene mayores beneficios que cualquier ciudadano de bien.
De este hecho sin precedentes en la historia de nuestro país surgen algunos cuestionamientos que nos hemos planteado y que expondremos a continuación: ¿las limosnas que damos los feligreses serán destinadas para las comodidades del criminal Santrich? ¿Todo preso que emplee la táctica de Santrich tendrá el mismo beneficio por parte de la iglesia?
Y finalmente, ¿si Santrich se fuga de la casa cural que hoy tiene por cárcel, estaremos ante la cuarta parte de la estrategia?
Publicado: mayo 16 de 2018
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