La condición humana es sorprendente, podría pasar horas analizando comportamientos de personas regulares, frente a personas extraordinarias y lo que hacen las primeras, para llamar la atención de las segundas. Una especie de circo se vislumbra en los ambientes políticos y las campañas presidenciales más concretamente.
Nuestro partido era muy pequeño a la hora de conseguir recursos para la organización de las marchas por el NO… escribo esto, y hago la salvedad que, para dichas marchas, se necesitaban un mínimo de recursos para una tarima, sonido, megáfonos, agua para los caminantes, y demás. En ese entonces, cada uno, ponía lo que podía, si estaba dentro de la junta directiva, o con algún otro grado de liderazgo en el departamento. Hoy, llegan por miles, las manos amigas y las caras que desean entrar, participar y figurar; lo cual es válido y nos hace sentir felices, pero pasan ciertas cosas que francamente nos dejan estupefactos a todos.
Sin entrar a debatir nombres, resulta la llegada en paracaídas, de un joven que se infiltró en mi campaña, pero no dejo de hacerle una campaña a un senador de Cambio Radical y apenas vio la oportunidad, al mejor estilo de un gran malabarista, quería colgarse a los años de trabajo que han desarrollado jóvenes universitarios que se han puesto y sudado la camiseta del partido, cuando estábamos con el viento en contra.
Hoy que todo cambia, pretendieron dejar de lado estos jóvenes maravillosos y pasar de agache, haciéndose nombrar ante los medios de comunicación, como un gran directivo en la región del partido, hasta que se evidenció, cómo le trabajó a ese candidato. Son tan olímpicos que contratan fotógrafos, no precisamente para tomar fotos sobre la dinámica de nuestro candidato, sino para demostrar que ahí están trabajando. Insisto… Bienvenidos todos, pero a sumar y trabajar de verdad, no a figurar y pretender, que por contratar fotógrafo para que les tomen fotos, ya el candidato está en la obligación de otorgarles un ministerio.
En las campañas presidenciales hay muchos apoyos, también muchos acuerdos y también miles de personas que observan de lejos esta danza de egos y cuervos y sin necesidad de llegarles, votan a conciencia por un futuro que se vislumbra mejor para el país, sin necesidad de esperar nada a cambio, más que el compromiso de la palabra que da un candidato.
PD: En un foro organizado por una universidad regional, pretendieron hacer responsable al candidato Iván Duque, por unas palabras que yo afirmé. Señores, cada cual es responsable de sus actos y sus palabras, y una cosa es el respeto que pueda generar mi postura y otra muy distinta, es estar en desacuerdo con lo dicho por mí.
Publicado: abril 12 de 2018