Ante la contundencia de las evidencias, el presidente del Perú, Pedro Pablo Kuczynski tuvo que renunciar en medio de un tremendo escándalo de corrupción y manipulación de parlamentarios.
La caída de Kuczynski se dio por cuenta de sus vínculos con la empresa Odebrecht, a la que éste le habría recibido cerca de $5 millones de dólares cuando fungía como ministro del gobierno de Alejandro Toledo.
Desde que los directivos de Odebrecht confesaron el pago de esos dineros, la gobernabilidad de Kuczynski se vio seriamente lesionada. La estocada final se produjo como consecuencia de la aparición de una serie de videos en los que funcionarios de su gobierno aparecen intentando comprar votos de la oposición para evitar que en el congreso peruano prosperara un impeachment contra el mandatario.
Kuczynski no tuvo camino distinto al de renunciar. Y esa dimisión obliga a hacer un cuestionamiento respecto de Juan Manuel Santos. ¿Por qué en Perú sí se cae el presidente que se le vendió a Odebrecht y en Colombia no? Santos, al igual que Kuczynski, recibió millones de dólares de esa empresa brasilera, dinero con el que financió su elección de 2010 y su reelección en 2014.
Mientras la justicia peruana avanzó a pasos acelerados en la investigación por el caso de Odebrecht, la nuestra parece haberle puesto freno de mano al asunto. Roberto Prieto, articulador de la operación de corrupción en su condición de gerente de las campañas de Santos, sigue libre, cuando existen pruebas suficientes para que un juez cualquiera despache en su contra una sentencia condenatoria.
Los miembros de la tesorería de las campañas santistas, que planificaron el ingreso de los dineros de Odebrecht, no han sido ni siquiera llamados a una entrevista en la fiscalía.
Por eso, produce envidia que en Perú los corruptos paguen, mientras que en Colombia éstos, como es el caso de Juan Manuel Santos, queden impunes.
La renuncia de Kuczynski debe obligar a que en Colombia se exija de nuestras autoridades judiciales un mayor compromiso en la investigación del caso de Odebrecht y que aquellos que tranzaron con esa empresa, sin importar al partido al que pertenezcan, sean llevados al lugar que merecen: la cárcel.
Publicado: marzo 21 de 2018