El proceso de escrutinio que comenzó a surtirse con posterioridad a las elecciones del pasado 11 de marzo, es la muestra inequívoca del nivel de retraso del sistema electoral colombiano. Los resultados que se conocieron el día electoral fueron una muestra y no la realidad.
Aquel día, por ejemplo, la registraduría concluyó que el grupo ciudadano Colombia Justa y Libres no había alcanzado el umbral del 3%, razón por la que, a pesar de haber obtenido más de 400 mil votos, esta facción no tendría representación en el senado.
Pero durante el escrutinio, se certificó que esa formación ciudadana sí alcanzó el 3% requerido, razón por la que le serán asignadas 3 curules que en principio le habían sido entregadas a los conservadores, los denominados “decentes” y los verdes.
Así mismo, durante la fase de los escrutinios departamentales y municipales, el Centro Democrático observó una variación en los últimos candidatos que disputaban las curules 17, 18 y 19.
La diferencia de votos entre unos y otros era mínima. LOS IRREVERENTES conocieron las cifras que recogen al 99.94% de dichos escrutinios del Centro Democrático, las cuales indican que los últimos 3 senadores de ese partido están muy cerca en el número de votos. Fernando Nicolás Araujo, 27.856; José Obdulio Gaviria 27.794 (62 votos de diferencia) y John Harold Suárez 27.445.
Por debajo de Suárez, que fue alcalde de Buga y promotor del SÍ en el plebiscito de 2016, se encuentra la señora Milla Romero, quien obtuvo 27.386 votos.
No se exagera cuando se dice que hay elecciones que se pierden por un voto. En el caso de la señora Romero, ella quedó por fuera por 59 votos que es la cifra de sufragios que la separan del exalcalde Suárez.
Buena parte de los candidatos del Centro Democrático son personas sin experiencia ni trayectoria electoral. De hecho, el grueso de la lista logró entrar gracias a la impresionante votación que obtuvo el presidente Uribe -891.893-, así que flaco servicio le hacen al partido uribista aquellos que, en vez de agradecer la oportunidad, se están dedicando a descalificar la transparencia del CD, poniendo en duda las cifras oficiales, como en efecto está haciendo la exaspirante Milla Romero quien, desesperada con la derrota, emitió un comunicado en el que asegura que en su caso, “se presentó un sorpresivo cambio de los resultados”. No es sorpresivo que ella haya aumentado su caudal de sufragios. En los escrutinios a unos candidatos les aparecen votos y a otros se les anulan por distintas razones.
El 11 de marzo, la registraduría reportó que la señora Milla Romero obtuvo 26.912 votos. En los escrutinios locales le aparecieron 474 más, algo perfectamente natural y normal, según se lo aseveró a LOS IRREVERENTES una abogada experta en derecho electoral.
El comunicado de la ahora excandidata Romero no cayó para nada bien en la cúpula del Centro Democrático, tal y como lo pudo constatar este portal. Para los uribistas, es inaceptable que se dude de la pulcritud del partido, del presidente Uribe y de los demás candidatos que integraron la lista.
A partir del próximo lunes, cuando las autoridades electorales realizarán el escrutinio nacional, el Centro Democrático se concentrará en mantener su número de curules, pues las dudas y reclamaciones que tenía el partido sobre los resultados particulares de sus candidatos, ya fueron absueltas.
En la victoria, pero sobre todo en la derrota es cuando se conoce la casta de los verdaderos políticos. Le desluce a alguien que fue exaltado con un aval partidista, mostrar lo peor de su naturaleza, elevando señalamientos temerarios, mentirosos y carentes de sustento como reacción al revés electoral que se ha sufrido, actitud que se le ha visto a Milla Romero en estos días posteriores a las elecciones del 11 de marzo.
Publicado: marzo 28 de 2017