Zayda Barrero de Noguera ha dedicado su vida a las causas sociales a lo largo y ancho del país.
Su nombre significa “la que crece”, es símbolo de las mujeres que alcanzan su desarrollo intelectual, es solidaria y y quienes la conocen destacan su espíritu humanitario, así es Zayda Barrero de Noguera.
Es hija de Alicia Cuervo de Barrero y César Dimas de Barrero. Nació y creció en una familia típica boyacense, su infancia la vivió en compañía de sus cuatro hermanos, en Tunja.
Estudió en el Colegio la Presentación de la capital boyacense, internada hasta culminar su bachillerato, pues sus padres recorrían el país dedicados a hacer política. Al terminar el colegio, tomó la decisión de viajar a Bogotá con el objetivo de estudiar derecho, la misma profesión de sus hermanos.
“Mi padre constantemente nos decía ‘la mayor herencia que les puedo dejar es la que tiene en la cabeza, la que les da el estudio‘ y esa fue mi convicción, estudiar y trabajar para ser magnífica ciudadana y formar una gran familia, por eso empecé a trabajar desde muy joven”.
Al culminar sus estudios universitarios ingresó a trabajar en el sector público como Inspectora 16 de Policía, siempre con el apoyo incondicional de su madre, quien para la época ocupaba importantes cargos políticos, llegando a ser Senadora, Diputada y Concejal, de la mano de su esposo el señor Barrero.
Su experiencia y buen trabajo le ayudaron a ir creciendo hasta convertirse en Superintendente de Sociedades encargada.
Su primer matrimonio le dejó un hijo, “es espectacular, él me ha dado lo mejor de la vida, mis 2 nietas y su esposa que también es como mi hija”.
Hoy en día, aprovecha su tiempo libre para estar con sus nietas y enseñarles a tocar el piano, con la esperanza de que se conviertan en profesionales, alegres, amables y felices.
Regresó a la academia a través del Centro de Emprendimiento Femenino de la Universidad Sergio Arboleda para ayudarle a las mujeres emprendedoras y también ha ayudado a cientos de estudiantes por medio de la Fundación Leonor Calderón de Noguera.
“La cree en homenaje a mi suegra, y hoy más de 100 jóvenes de escasos recursos estudian y tienen para sus gastos diarios como alimentación, transporte, fotocopias y demás, gracias a la Fundación”.
Ambos proyectos la han llenado de gratitud, felicidad y optimismo, para continuar ayudando a cientos de personas en todo el país, se marcó una nueva meta al lanzarse como candidata al Senado de la República por el partido Centro democrático con el número 54. Su objetivo, como ella misma dice, es hacer de Colombia un mejor país.
Publicado: febrero 19 de 2018