Tal vez, por cuenta de nuestros avatares diarios pasó desapercibido el primer año de Donald Trump como presidente de los EE.UU. Trump, Republicano, ganó las elecciones de 2016, siendo el 45 presidente de los Estados Unidos de América, en sucesión de Barack Obama. También, el exgobernador del estado de Indiana, Mike Pence, más conservador, más católico que el mismo Trump, juró su cargo como 48º vicepresidente de los Estados Unidos.
Trump, ganó las elecciones del 2016 contra todos los pronósticos, las encuestas, el establecimiento, los medios de comunicación, el régimen institucional de los EE.UU después de ocho años de Obama en la presidencia en la cual los norteamericanos fijaron sus esperanzas pero con el paso de los días se dieron cuenta que fue uno de los peores presidentes de la era moderna, según el actor Chuck Norris.
Además, de ocho años de la familia Clinton en el poder. Administración plagada de escándalos, remember Monica, donde se produjeron las mayores crisis financieras, sub prime.
Con la llegada de Trump al poder político norteamericano se rompió con una hegemonía de 16 años de los demócratas en el circuito de Washington.
Al final, fueron los votos electorales que le dieron la victoria a Trump. Hicieron todo lo imposible, de nuevo, para que por medio de demandas ante la Corte Suprema de Justicia se impidiera la elección del nuevo presidente.
Finalmente, Trump se posesionó en medio de una polarización y por qué no decirlo fractura de la sociedad norteamericana quien ha visto como se destruye lentamente la base de la sociedad como lo es la familia por cuenta del desorbitado consumo de drogas.
¿Cuáles fueron las claves para que Trump ganara la presidencia y cuáles han sido los puntos más relevantes de su administración durante el primer año de su gobierno?
Sin lugar a dudas, el dramático final de Obama como presidente donde la demagogia demócrata se imponía sin ningún argumento en medio de la descomposición de la sociedad norteamericana hizo que la figura de Trump se catapultara sin aspavientos dentro del mundo político primero local, luego internacional.
No nos digamos mentiras, el final del gobierno de Obama con casi todos los indicadores económicos en rojo, como los tiene JMS, produjeron que el discurso de Trump calara dentro de una sociedad que buscaba un giro desesperado en medio de un conflicto social y económico de incalculables proporciones.
Su promesa de campaña fue muy simple, muy sencilla. Make America Grate Again era su sentir en el momento de lanzar su campaña en el Trump Tower y lo sigue siendo.
Durante sus primeros 365 días, la presidencia de Trump ha sido marcada por un estilo católico, conservador, muy alejado a lo que estaban acostumbrados los norteamericanos con los gobiernos demócratas, sobre todo el último año de Obama.
Teniendo en cuenta los problemas de seguridad nacional, la primera medida que impulsó el gobierno de Trump fue la bloquear el ingreso de los ciudadanos de seis países de mayoría musulmana, para contener el flujo de migrantes el cual se encontraba fuera de control.
La decisión de salirse de los Acuerdos de París sobre el cambio climático, un saludo a la bandera, como lo son casi todos los acuerdos cooperación internacional, también cayó como un balde de agua fría.
Al finalizar el primer año tomó una arriesgada decisión: Reconocer a Jerusalén como capital de Israel. Ningún presidente norteamericano se había atrevido a tomar esa decisión.
Para terminar su primer año con un magistral discurso en el Foro de Davos donde recibió standing ovation durante más de cinco minutos de parte de todos los mandatarios presentes. “Yo, lo que quiero es hacer America grate again, cuando América crece el mundo lo hace de igual manera, luego a todos nos conviene ver a America grate again”.
Así ha transcurrido el primer año de Trump en la presidencia, no sin polémicas, con el regret de los demócratas y la desazón de la gran prensa.
Pero, con unos indicadores económicos sorprendentes y positivos, el DJ en los niveles más altos, ante lo cual no tendría nada de raro ver a Trump postularse para un segundo período en caso que la reactivación económica norteamericana se confirme.
Sin lugar a dudas, como se mencionó en una columna de opinión anterior, la revancha de Trump será el demostrar que no solo será uno de los mejores presidentes de la historia reciente de los EE.UU, sino que puso de nuevo en su lugar a los EE.UU, en el lugar que le corresponde.
Puntilla: Mientras tanto, a Timo Presidente, tremenda silbatina en Armenia y en las diferentes ciudades que visita. ¿Lo mismo le pasará a Petro Gustavo? Colombianos, abran sus ojos.
Publicado: febrero 6 de 2018