Una mujer embarazada baleada durante un atraco en Bogotá, la Policía Nacional víctima de múltiples ataques en la Costa Atlántica y Juan Valdez en el barrio Granada de Cali fue asaltado. Todos estos eventos sucedieron en las últimas semanas. La ciudadanía presa del delito pide justicia, pero no hay voluntad política para solucionar la problemática ni políticas públicas que frenen el avance de la violencia.
Mientras tanto el final del Gobierno Santos se acerca y hay poco interés en devolver la calma a la ciudadanía y fortaleza a la Fuerza Pública. El Congreso está concentrado en el tema electoral y las Altas Cortes y los organismos de control están lejos de ofrecer soluciones de fondo a la inseguridad física y jurídica que enfrentamos como sociedad.
Es necesario que el próximo Presidente y el nuevo Congreso pongan en marcha un plan de acción que dote de herramientas y protección legal a los ciudadanos y uniformados que en su diario vivir o en el ejercicio de su deber, sean objeto de agresión por parte de bandidos que de no ser por la legislación actual se lo pensarían dos veces antes de atentar contra nuestra vida, bienes u honra.
Llegó la hora de eliminar el concepto de PROPORCIONALIDAD de la Ley y acabar con las trabas que impiden ejercer el derecho a la legítima defensa. Las personas de a pie, el policía o el militar, no deberían renunciar a su seguridad personal o la de terceros, para garantizar el bienestar de un vil delincuente. Tal y cómo están las cosas, el Estado, sus instituciones y la ciudadanía, deben unirse para poner tras las rejas o ahuyentar, a aquellos que no respetan la autoridad.
No debemos dejar solos a los uniformados y tenemos que apoyar a hombres valientes como el escolta que al defender su vida y la de otra persona, abrió fuego contra un ladrón. Acabemos con las leyes que defienden al bandido y hagamos nuevas que protejan a las personas de bien. Apostémosle a proyectos políticos comprometidos en combatir la delincuencia, eliminar trámites para acceder a equipos de protección y aumentar la presencia de la fuerza pública en las ciudades, así como luchar contra el narcotráfico en la ruralidad.
De nosotros depende que 2018 sea el año en que Colombia recuperó el rumbo, puso a los criminales en su lugar y eligió un Gobierno Nacional que hará de la mano firme con Seguridad Democrática, sus banderas.
Publicado: febrero 9 de 2018