Hace 19 años a los venezolanos les advirtieron que podrían convertirse en la próxima Cuba, pero lamentablemente optaron por no atender esta premonición. Algunos hasta se burlaron, decían que comparar al que entonces era el país más rico de América, y por qué no, uno de los más ricos del mundo, con una “islita” del caribe, sólo cabía en la cabeza de quienes querían sembrar pánico y zozobra entre la sociedad.
No creo que sea necesario hacer grandes esfuerzos para comprobar que tenían razón los vaticinadores de entonces; a la hermana República llegó antes de finalizar la década de los 90 en paracaídas un Coronel cheverongo, que de lejos dejaba ver su postura de izquierda, pero que negaba a toda costa ser un totalitarista. Nada distinto de lo que había aprendido de su mentor Fidel Castro, quien bajo la misma estratagema había logrado hacerse con el poder en Cuba, hace ya mas de 59 años. El comunismo es así, uno sabe cuando llega, pero nunca cuando se va.
Dicen algunos que no hay un pueblo mayormente advertido como el colombiano, los ingredientes que componen la próxima contienda electoral son suficientes para que nuestra nación caiga en las garras de regímenes despóticos y anacrónicos como los anteriormente citados. La diferencia radica en que nuestro país esta enfermedad se propagaría con mayor velocidad: los grupos al margen de la ley que pululan y el narcotráfico como combustible de éstos, desencadenarían una terrible crisis social en muy poco tiempo.
El Coronel Hugo Chávez siempre tuvo como proyecto elemental expandir su putrefacto sistema de gobierno, al cual llamó socialismo del siglo XXI. Colombia por su puesto se mantuvo siempre en el radar del presidente venezolano, pero por ventura nuestro país sostuvo su postura firma e enhiesta para impedir caer en escenarios de caos y conmoción. Por su puesto que no dejarían de haber sujetos que se identificaran con el proyecto totalitario de Chávez, entro ellos se encuentra el exguerrillero del M-19 y exalcalde de Bogotá Gustavo Petro.
No cabe duda que el Chávez colombiano es Petro, la relación de este par de individuos es de vieja data, seguramente la afinidad en sus formas de percibir la política logró unirlos, y hoy los colombianos vemos eventualmente posible la elección de un populista de izquierda que se encargue de convertir a Colombia en la próxima Venezuela.
Se equivocan quienes creen que la aventura del comunismo será una empresa inatajable, el 2 de octubre fue una gran talanquera que los colombianos pusimos a esa laya. La batalla por la democracia se vivirá durante las próximas elecciones, por ello es menester que quienes confluyeron en la victoria del NO, tomen una postura clara y combatiente ante el populismo de izquierda. En nuestro caso particular no tenemos ninguna duda que quien debe resultar victorioso en la consulta del 11 de marzo, y así enfrentar al Chávez Colombino (Petro), -además porque ya lo ha hecho-, es el exprocurador Alejandro Ordóñez.
@MiguelCetinaC