Es natural que los políticos vean con malos ojos y hagan descalificaciones de aquellas encuestas en las que no les va bien. La frase repetida hasta la saciedad es que “la verdadera encuesta es de carne y hueso y tendrá lugar el día de las elecciones”.
Aquello es incontrovertiblemente cierto, pero también es verdad que las encuestas son herramientas de trabajo político fundamentales. Las tendencias de las muestras estadísticas son demasiado útiles para conocer exactamente cuál es el impacto de los candidatos, en los distintos segmentos de la sociedad.
Y esas encuestas que empiezan a realizarse para medir la intención de voto en las elecciones presidenciales venideras muestran un hecho incontrovertible: dos candidatos de la izquierda están posicionándose en la cabeza de la competencia. Sergio Fajardo y Gustavo Petro, serían quienes pasarían a una segunda vuelta, hecho que resulta muy alarmante.
Lo de Petro es algo incomprensible. Cuesta entender que un sujeto que tanto daño le hizo a la sociedad colombiana, primero como cabecilla de la banda terrorista del M-19 y luego como alcalde de Bogotá, donde literalmente dejó descuadernada a la capital, refleje una intención de voto tan elevada.
Petro es, de frente y sin temor, el candidato que quiere introducir a Colombia al mismo fango en el que se encuentra Venezuela.
Los candidatos que se oponen a que Colombia caiga en las garras del socialismo del siglo XXI, tienen que ver con mucha ponderación la tendencia que se está configurando a favor de la izquierda radical. Aquello no es un asunto de menor cuantía que pueda ser observado con desdeño, pues los números no engañan y en todas las modulaciones la segunda vuelta sería entre Petro y Fajardo, una emulación en la que como en su momento manifestó el Nobel de Literatura peruano, Mario Vargas Llosa en referencia a la elección entre Ollanta Humala y Keiko Fujimori, habría que escoger “entre el cáncer y el sida”.
De acuerdo con la firma Invamer-Gallup, si las elecciones fueran en este momento, el primer lugar sería para Petro, quien refleja una intención de voto del 23.4%, seguido por Fajardo que obtiene un 21.6%.
En la encuesta realizada por Yanhaas, Fajardo ocupa el primer lugar con el 14% y Petro de segundo, prácticamente empatado, con el 13%.
El sondeo realizado por la firma Guarumo, ubica a Fajardo punteando con el 14.6%, seguido por Petro con el 12.2%.
Independientemente de cualquier valoración subjetiva, lo cierto es que hay una coincidencia en todas las encuestas, la cual no puede ser soslayada ni menospreciada y obliga a replantear muchos aspectos de la campaña política. Afortunadamente hay tiempo para implementar los cambios de estrategia y publicitarios que se requieren para efectos de revertir esa tendencia y poner las cosas en orden. No es en absoluto admisible que la segunda vuelta presidencial vaya a terminar siendo entre dos exponentes del modelo político que ha causado un daño irreparable en América Latina, modelo del que hasta ahora, Colombia se ha salvado.
Publicado: febrero 5 de 2018