No sé si mis compañeros de tertulia tendrán objeciones en que utilice este título ajeno a mi autoría, lo es de un buen amigo, Libardo Botero, que lo soltó recientemente. Pero como cae como anillo al dedo lo uso sin permiso ofreciendo anticipadas disculpas.
No insisto en trampas pasadas de Juan Manuel Santos, pienso en las que se urden en alianza con sus nuevos amigos para abrirle espacios a la izquierda radical y torpedear la evolución del pensamiento ciudadano sobre un gobierno ilegítimo, corrupto, funesto, débil, entreguista, timador y gastador y sobre un acuerdo sombrío que, en lugar de promover una paz estable y duradera como trata de venderse, desatará nuevas violencias, el crecimiento de grupos criminales y la inseguridad ante la evidencia de una clara tolerancia a las fechorías, el crecimiento desmedido de los cultivos ilícitos y el consumo de drogas alucinógenas, mágico combustible del caos.
Aunque muchos siguen con la peregrina idea de que Colombia no es Venezuela, como allá creyeron que Venezuela no era Cuba, y piensan que acá no pasará nada, es bueno que vamos abriendo los ojos.
El candidato de Santos es Sergio Fajardo que, con el cuentecito del poder de la decencia, quiere convencernos de una vida inmaculada y la bondad de sus ejecutorias. Miren este enlace, les aclarará la mente sobre el personaje: 20 razones para no votar por FarcJardo
Fajardo se ha distinguido por no tomar partido u ocultarlo; pero la ventaja es que ya salió del closet con su alianza sin tapujos con la izquierda afín a las Farc; su clara cercanía con Enrique Santos con quien se reúne, y la coalición que acabará formando, de frente en algunos casos, o a escondidas en otros, con el Polo; los Verdes; De la Calle y Clara López; la Marcha Patriótica de Piedad Córdoba; Petro; Iván Cepeda y otras changuitas por el estilo, maquinaciones de buen recibo en la genuflexa Casa de Nariño.
Es el preludio del gobierno de transición a que las Farc aspira, paso firme para la toma del poder, estrategia del proceso de paz que lanza a los cuatro vientos; ver en: El propósito de la paz del contubernio Santos – Farc.
Lo del Eln es otra maniobra, atacan antes de las elecciones, pero no lo hacen gratis, es claramente calculado para inducir el voto de los ingenuos a favor de la “paz”, esperando que comparen sus actos terroristas con el apaciguamiento estratégico de las Farc surgido de las pautas y tácticas del Foro de Sao Paulo.
Juan Manuel Santos suspende temporalmente los diálogos para aparecer fuerte y con la razón a favor mientras los elenos demuestren ser “niños buenos”. Las investigaciones se inician “hasta las últimas consecuencias”, se ofrecen pírricas recompensas a quienes con sus denuncias lleven a la “captura de los responsables”, arrestan tres o cuatro lava perros del Eln o de la delincuencia, el ejército dice que se puso las pilas y el gobierno les autoriza combustible para que puedan volar dos Tucanos y tres helicópteros y, el Mono Mejía, sale con Chamberlain Villegas a declarar en la TV, otra farsa manifiesta. Nuestras Fuerzas Armadas han perdido confianza y capacidad operativa por falta de seguridad jurídica y órdenes del comandante en jefe para complacer a don Timo y sus secuaces.
El rincón de Dios
«Es mejor cojear por el camino que avanzar a grandes pasos fuera de él. Pues quien cojea en el camino, aunque avance poco, se acerca a la meta, mientras que quien va fuera de él, cuanto más corre más se aleja».
Publicado: febrero 2 de 2018