Ha pasado desapercibida una noticia que resulta trascendental en la lucha contra la captación masiva e ilegal de dineros: la intervención de 7 empresas relacionadas con el cuestionado grupo Élite International.
Como se ha denunciado desde hace varios años, a través de distintas empresas allegadas, Élite captó más de $1.5 billones de pesos, afectando a cerca de 10 mil ahorradores. El negocio, que era a todas luces atractivo, terminó enredando a miles de ciudadanos que de buena fe creyeron en Élite y los directivos de la misma.
La decisión de la Superintendencia de Sociedades, afecta a 7 compañías que en criterio del organismo de control están “relacionadas con el esquema de captación ilegal de Elite International Americas”. Se trata de las empresas New Gaia Investments SAS en liquidación; Afecafe SAS en liquidación; Think cool SAS en liquidación; Serodri SAS en liquidación, R&R consultores financieros SAS en liquidación, Celconsultores SAS y Fundación Samadhi.
En la investigación se pudo determinar que dichas empresas tenían una suerte de carrusel en el que cobraban facturas sobre servicios ficticios y realizaban multimillonarios pagos a directivos de Elite.
Cuando los accionistas de las empresas intervenidas sintieron que la investigación podía afectarlos, intentaron hacer una liquidación privada de sus empresas, maniobra que fue descubierta por la Superintendencia de Sociedades, entidad que ha solicitado a la Cámara de Comercio de Bogotá suspender las rendiciones finales de cuentas con el fin de permitir que los expedientes sean reabiertos.
Lo que muchos se preguntan es por qué el grupo Élite pudo operar libremente sin que ninguna autoridad impidiera a tiempo la multimillonaria estafa que afectó a tantos colombianos.
La respuesta parece hallarse en el vínculo entre esa captadora y el poderoso superintendente de Industria y Comercio, Pablo Felipe Robledo cuyo hermano, el señor Carlos Fernando Robledo del Castillo fungía como gerente comercial de Élite International Americas SAS. No fueron pocas las víctimas de esa empresa que en su momento señalaron al hermano del superintendente Robledo de ser el “gran vendedor” de esa empresa que embaucó a la gente ofreciendo rentabilidades de hasta el 24%.
El descalabro de Élite, considerada como una “pirámide” de estrato alto, debe ser investigado hasta las últimas consecuencias y castigar a los que engañaron a los ahorradores, llevando a muchos de ellos a la quiebra más absoluta, pero también a las personas que desde altas esferas del poder político protegieron y abonaron el terreno para que esa empresa pudiera dar lo que para muchos fue un golpe “élite”, que hasta ahora ha quedado impune.
No estaría de más que el Superintendente de Industria, Pablo Felipe Robledo le aclarara al país cuál fue el alcance real de su vínculo con Élite, empresa a la que por lo menos él, con su presencia, apoyó.
Publicado: enero 15 de 2018