Según el diccionario se conoce como emprendimiento a la actitud y aptitud que toma un individuo para iniciar un nuevo proyecto a través de ideas y oportunidades. El emprendimiento es un término muy utilizado en el ámbito empresarial en virtud de su relacionamiento con la creación de empresas, nuevos productos o innovación de los mismos, lo que implica que, viendo como los colombianos sorteamos el día a día, se haya vuelto una palabra cotidiana. Desafortunadamente, la están desgastando.
Muchas facultades de Administración de Empresas del país ya tienen toda clase de programas y actividades para enseñar emprendimiento, pero creo que el emprendedor en la mayoría de los casos nace y no se hace. No todo el mundo tiene la capacidad de emprender, hoy en día en el país existen muchas fundaciones, entidades y fondos que promueven el emprendimiento, pero claramente no es una labor fácil y aunque existen algunas historias de éxito, debemos masificarlo para poder hacer un cambio social.
Es por eso que he venido trabajando en un ejercicio de emprendimiento social, para que las personas de escasos recursos, que han emprendido o que tengan una micro empresa, crucen el umbral de la primera etapa que, desde el nacimiento del proyecto, es la más complicada.
Así como las facultades de Derecho tienen su consultorio jurídico, sitio donde los estudiantes de últimos años ayudan a personas de escasos recursos en temas legales, las facultades de Administración de Empresas deberían tener algo parecido para que los micro empresarios, los tenderos o cualquier persona que tenga un negocio pueda ir a recibir ayuda en sus finanzas, manejo de inventarios, mercadeo, etc.; a este proyecto lo llamo Oficina de Emprendimiento Social.
Ser micro empresario es bastante difícil. Se deben sortear muchísimas dificultades y el acceso al crédito prácticamente no existe, razón por la cual, generalmente, estos valientes terminan en el gota a gota. La creación de empresas y el manejo tributario y legal de una sociedad también es engorroso, por lo tanto, la informalidad está al orden del día en estos casos. Estoy seguro que con un poco de ayuda se puede bajar ostensiblemente la mortandad empresarial del país.
Hoy en día, la mayoría de facultades de Administración tienen tanto fondos de emprendimiento como un staff dedicado a esto. Colombia necesita que estos conocimientos, así como los recursos, lleguen a los menos favorecidos y podamos generar empleo y disminuir la informalidad. Pero, además, sería el primer contacto de los estudiantes con la realidad, sería provechoso que pasaran de la teoría a la práctica, adicionándole un contenido social.
Mi propuesta es que los estudiantes de Administración de Empresas, para poderse graduar, deban acreditar trabajo en estos centros de emprendimiento social y que las facultades deban proveer un porcentaje de sus fondos de emprendimiento para la micro empresa y las personas de escasos recursos que, obviamente, puedan ser exitosos como emprendedores.
La formalización del empleo debería ser una punta de lanza de cualquier gobierno para generar desarrollo económico y crecimiento social. Mientras la informalidad siga siendo el pan de cada día, será muy complicado dar el salto como país.
Llegó la hora en que los más favorecidos le demos la mano a una población de valientes, que no necesita más limosnas sino más atención y que le enseñen a pescar antes que le den pescado.
Publicado: enero 22 de 2018