A través de la lista abierta, el CD le apunta a aumentar el número de senadores a partir de 2018.
La decisión adoptada por el presidente Uribe en el sentido de que la lista al Senado del Centro Democrático será abierta, dejó desconcertada a la gran mayoría de senadores que actualmente ocupan una curul por ese partido.
Como es sabido, en 2014, gracias al apoyo decidido de más de 2 millones de ciudadanos, el CD eligió a 20 senadores que constituyeron, sin lugar a dudas, la más juiciosa, estudiosa, disciplinada y coherente de las bancadas que hay en el congreso de la República.
Lo cierto es que quienes han venido acompañando al presidente Uribe en la brega parlamentaria son personas de altísimas calidades, pero sin electorado propio, pues se trata de una colectividad en la que el cuerpo de doctrina ocupa un lugar preponderante. Hoy por hoy, en Colombia la gene no tiene clara cuál es la ideología de los partidos, con una sola excepción: el Centro Democrático.
Quien vota por ese partido, sabe exactamente porqué ideas lo está haciendo.
La decisión de abrir la lista al senado, implica un cambio en el chip de los actuales parlamentarios del CD. La verdad sea dicha, el grueso de ellos esperaban correr nuevamente en una lista cerrada y no habían previsto los pormenores que trae consigo una campaña: publicidad propia, gastos logísticos, establecimiento de sedes en diferentes zonas del país y demás aspectos que requieren de estructura humana y, por supuesto, de dinero.
Pero contra las reglas no se pelea. Lo decidido, decidido está y lo que corresponde es emprender, a partir de ahora mismo, una campaña intensa con el objetivo de lograr el mayor número de curules posible. Los más optimistas le apuntan a 30. Otros, consideran que con 25, se satisface la meta. Lo cierto es que hay que aumentar el número actual de 20.
Lo mismo sucederá en la cámara de Representantes, donde hay 19 curules ocupadas por el Centro Democrático. Ahí, el esfuerzo debe ser mayor, pues el partido uribista ha planteado la necesidad de duplicar su representación en la cámara baja del parlamento.
En todo caso, como lo ha expresado el presidente Uribe, el partido ejercerá un control férreo sobre todos sus candidatos que en el caso del Senado será de 52. La colectividad implementará todos los controles posibles para que aquellos que resulten avalados, se ciñan tanto a las normas electorales como a los principios fundantes del CD que se sintetizan en sus cinco pilares: seguridad democrática, confianza inversionista, cohesión social, Estado austero y diálogo popular.
La base uribista debe redoblar sus esfuerzos, pues lo que está en juego no es un asunto de menor cuantía. El próximo será un congreso al que llegarán los bandoleros de la organización terrorista Farc y el cometido es el de contrarrestarlos. La democracia colombiana necesita de la presencia de partidos como el Centro Democrático para que defienda, desde el parlamento, los más caros valores de la República, los cuales están bajo amenaza por cuenta de la legalización de las Farc.
El presidente Uribe fundó al Centro Democrático. Ese partido se ha ganado un lugar en el espectro político nacional gracias a su trabajo, sus persistencia y su tesón. El mejor homenaje que le pueden rendir sus seguidores es el de asumir con todo el compromiso posible la campaña que empieza.
Publicado: diciembre 8 de 2017