Porque somos parte de un país formado por seres humanos que amamos la Libertad, mayoritariamente creemos en Dios y sacamos adelante los retos, recibimos el 2018 con el ímpetu de quienes saben que enfrentarán una batalla contra la abominación comunista, disfrazada de elegante dragón rojo, con ribetes de astuto intelectual. Sí señores, encaremos de una vez al enemigo. Hay que vencerlo y erradicarlo.
Aquí y ahora, no hay espacio para las aguas tibias: Democracia o Castro-Chavismo (que está más vivo que nunca, a pesar de las andanzas audiovisuales de Petro, quien anda diciendo por videos que “eso no existe”). Libertad económica o comunismo totalitario. Respeto por las religiones o ateísmo marxista. Prelación de la familia, constituida por papá, mamá e hijos, o ruptura del orden natural con la ideología de género, inspirada en los escritos de filósofos marxistas y ateos, que vienen llenando de podredumbre el panorama conceptual de occidente desde los años 50’s.
No nos llamemos a engaños. Nada de cantos de sirenas. La situación de Colombia es clara: vivimos los previos a los estertores de los moribundos. No obstante, a pesar de que una peligrosa minoría quiera vernos como agonizantes sin esperanza, nos levantamos desde ya, para defender nuestra vida, nuestros valores, nuestra Libertad y nuestra Fe. Tolerancia cero con todo aquello que busque destruirnos.
Sabemos que al reinado de las mentiras y los subterfugios le restan 8 meses de vida. Como nación, nos oponemos a su continuidad, porque nos ha llevado al borde del abismo. Estamos bastante heridos, por supuesto; nos están sucediendo cosas muy graves en lo económico, lo social, lo ético y lo político.
Como es evidente, la Justicia ha perdido su majestad por andar vendiendo sus principios a una agenda diseñada por tenebrosos jueces internacionales. ¡Qué se larguen todos ellos! Colombia merece autonomía jurídica para salir del atolladero en el que se encuentra.
Esos juristas del horror que representan las fauces del dragón rojo, quieren someternos a sus caprichos, y también deben ser derrotados en las urnas. Porque a esa cabeza tenemos que pisarla sin miedo.
Finalmente, a los esbirros que le sirven al dragón rojo, un mensaje en nombre del pueblo colombiano, hastiado de sus maquiavélicas argucias.
Economista Gustavo Petro, con su bandera dizque “humana”, esa que refleja una corrupción y perversión superiores, melliza de la ideología de Chávez y la estolidez de Maduro, le exigimos que asuma las consecuencias de sus errores como Alcalde Mayor de Bogotá. Usted debe ser judicializado y expulsado de la política que defiende las libertades. ¡No más esbirros del comunismo en nuestro suelo!
Abogado Humberto De la Calle, representante de la vieja guardia, esa que usa saco rojo, un rojo desteñido y comprometido con el avance del socialismo del siglo XXI en Colombia, respetuosamente le sugerimos que piense en su familia, disfrute de sus nietos. Llegó la hora de pensionarse. ¡Váyase en paz, por amor de Dios!
Profesor Sergio Fajardo, Ph.D., quien de verde tiene muy poco, estamos a la espera de verlo asumir su rol y convertirse en una versión de Mockus 2.0, para ser debidamente desenmascarado en los debates. No queremos ser víctimas de la política soft. ¡Somos Ciudadanos Despiertos y Conscientes!
Terrorista Timochenko y camaradas, -incluyendo a las “chicas”-, antes de presentar sus nombres a cualquier elección democrática, primero tienen, repito, tienen, que saldar cuentas con la Ley y pagar, al estilo Fujimori, al menos 12 años de cárcel. Porque la Justicia también es para los comunistas, por muy capos y señores del narcotráfico que sean.
Con todo respeto: Del otro lado de la orilla, es urgente corregir errores. Le pedimos al sector financiero que baje las tasas de interés, paso previo a reactivar la economía. Una vez suceda esto, es imperativo implementar una política económica que permita hacer una drástica reingeniería en el sector tributario, y nos ayude a perseguir la corrupción, optimizar las cuentas del Estado, y de manera urgente, auspicie escenarios favorables para la inversión extranjera.
Dios de mi corazón, gracias por estar siempre ahí. ¡Por favor, regálanos un Feliz Año 2018, para continuar dando lo mejor de nuestro espíritu en la batalla por la defensa de la Libertad que nos has ofrecido como valor, fundamento superior de lo que somos!
Publicado: diciembre 28 de 2017