La de Sergio Fajardo y Claudia Nayibe López no fue una alianza política, sino una lucha entre dos personas egocéntricas.
Una alianza de vanidosos
Que la alianza Claudia Nayibe López y Sergio Fajardo explotara en mil pedazos, era solo cuestión de tiempo. Cuando dos personas intrínsecamente vanidosas y egocentristas, como lo son esos dos políticos de la izquierda, pretenden trabajar políticamente, son más los factores que los desunan que los que los unan.
Esa alianza era fugaz, nunca tuvo vocación de permanencia; y para los conocedores de la política, aquella era, como en efecto lo fue, flor de un día.
Talante autoritario
La corta duración del pacto en cuestión, confirmó el talante autoritario y arbitrario de Claudia Nayibe López. A ella, se le conocía su temperamento violento, agresivo, vulgar y desproporcionado frente a sus rivales.
Carente del sentido de la cortesía, López apela a la ordinariez para enfrentar a quienes no piensan como ella. Lo que aún no había aflorado, es que dicho comportamiento también lo ejerce frente a aquellos que supuestamente piensan como ella.
Todo pone de presente que la senadora y candidata presidencial es una mujer autoritaria, incapaz de buscar consensos y explorar mecanismos de entendimiento. Aquel que no se ponga de rodillas ante su voluntad, resultará pateado.
Sergio Fajardo, egocentrista
El pacto entre la López y Fajardo era una mezcla explosiva. A los defectos de carácter de la primera, se suma la excesiva vanidad del segundo, un hombre al que le sirven las alianzas políticas siempre y cuando el beneficiario sea él.
Valga recordar cuál fue su comportamiento en las elecciones de 2010, con ocasión de su fallida aspiración presidencial. Dado que en la negociación con los verdes él resultó derrotado por Antanas Mockus y tuvo que resignarse a ser su fórmula vicepresidencial, inmediatamente cesó su trabajo político.
Por cuenta de la supuesta caída de una bicicleta, literalmente se retiró de la campaña, dejando todo el peso de la misma sobre los hombros de Mockus. El resultado fue letal: la fórmula que al comienzo de la carrera presidencial aparecía ganadora en todas las encuestas, fue aplastada por Santos, uno de los peores candidatos que ha registrado la historia reciente de nuestro país.
José Obdulio: “Fajardo es un narciso”
En diálogo con El Tejemaneje de LOS IRREVERENTES, el senador uribista José Obdulio Gaviria, quien conoce bastante bien a Sergio Fajardo, aseguró que se trata de “un narciso incapaz de aceptar que haya alguien superior a él. Con Fajardo no se puede tranzar absolutamente nada. Lo único que le sirve es la claudicación”.
Ante aquella realidad, era perfectamente presumible que el acuerdo entre el exgobernador de Antioquia y la senadora López terminara fragmentándose.
El gran perdedor de esa jugada es el también aspirante a la presidencia, Jorge Enrique Robledo, quien a pesar de su radicalismo y dogmatismo de izquierda, es un político pragmático que terminó aplastado por los egos de sus fugaces socios electorales, lo que lo deja en el peor de los mundos: le recogió firmas a Fajardo, quien las usó para inscribirse, sin siquiera avisarle y metió a Claudia Nayibe en un debate “estelar” contra la corrupción, que la senadora convirtió en un sainete para hacer sonar su nombre y dejar a Robledo como a un simple turiferario suyo.
Publicado: diciembre 4 de 2017