Durante estos días decembrinos hemos visto que también los políticos hacen un balance general de lo que fue su año, pero con mayor compromiso aquellos personajes que optaron por el camino de las firmas ciudadanas, como método para lograr su objetivo de llegar a la Casa de Nariño en el 2018.
Es el caso del exprocurador General de la Nación, Alejandro Ordóñez Maldonado, quien durante esta semana hizo entrega formal de las mas de 2 millones de firmas ciudadanas, que le brindarán el aval para ser candidato a la presidencia de la República.
No podemos olvidar que los detractores de Ordóñez miraban con ojos incrédulos su postulación, y hasta llegaron a especular que éste no lograría siquiera quinientas mil rubricas, pero tan sólo bastó con que los formularios de recolección fueran entregados al ex procurador, para que una avalancha incontenible de ciudadanos se desbordara con el fin de plasmar su firma como manifestación de apoyo, al hombre que desde la Procuraduría sancionó a miles de corruptos.
Fui testigo de como la ciudadanía expresaba muestras de cariño y solidaridad con Ordóñez a lo largo y ancho del país; el pueblo creyente -que es la mayoría-, las reservas activas de las Fuerzas Militares, los jóvenes y los ciudadanos en general se acercaban al ex procurador, con la esperanza de que poniendo su firma sobre un papel le estaban otorgando un mandato al hombre que ha dado muestras suficientes de carácter y templanza ante las adversidades que padece la República en la hora de ahora.
La campaña política de Alejandro Ordóñez girará sobre algunos ejes fundamentales, dentro de los cuales se encuentran la familia como núcleo esencial de la sociedad, la defensa y el fortalecimiento de las instituciones que nos permiten habitar dentro de un sistema democrático, persecución incesante al crimen en todas sus expresiones, disminución de la carga tributaria que asfixia al consumidor e impide el fortalecimiento de la economía, mejoramiento de las condiciones para el empresario, mayores garantías para la inversión extranjera y por su puesto erradicación total de cualquier muestra de corrupción.
No hace falta escuchar al doctor Ordóñez e intentar convencerse de lo que hará como gobernante, tan sólo hay que dar un vistazo por su recorrido en lo público; quienes algo hemos estudiado del derecho sabemos de su brillantez como jurista, pero sin duda fue en la Procuraduría donde la mayoría de los colombianos pudimos apreciar y conocer su defensa por los valores y principios como condición esencial de la vida en sociedad.
No es hora de ambigüedades ni ambages en la vida nacional, Colombia requiere de orden y autoridad. Este gobierno sumió al país en un grave estado de crisis en todas las áreas, es por esto que los colombianos debemos decidir si en el 2018 vamos a seguir por un camino de caos y confusión, o si nos dejamos llevar por los cánticos de sirena que propone la izquierda, los cuales casi siempre conducen a situaciones caóticas como las que sufre el pueblo venezolano, o si por el contrario damos un viraje de 180 grados y elegimos a un hombre al que no le tiembla la mano para combatir a los corruptos y poner tras las rejas a Timochenko y toda su cáfila de bandidos.
El destino de esta patria amada está en nuestras manos, somos más los buenos, no debemos temer a quienes buscan intimidarnos con sus monsergas populistas o con su maldita costumbre del fusil en la sien; en el 2018 regresará un gobierno que reoriente el rumbo de Colombia.
Publicado: diciembre 6 de 2017