Definido el mecanismo para escoger candidato a la Presidencia de la República, el Centro Democrático (CD) concentra ahora su trabajo en la definición de los candidatos al Senado y Cámara de representantes.
Una de las preocupaciones que comienzan a rondar a precandidatos, militantes y uribistas es la tardanza en el escogimiento de candidatos a los diferentes debates electorales que tendremos en el 2018. El resultado electoral del CD en el mes de marzo no puede tener espacio para escusas o explicaciones, el único escenario que se debe construir y buscar es el del triunfo, lo que permitirá enfrentar con entusiasmo y resultados el duro y polarizante debate presidencial.
El resultado electoral del 2 de octubre en el plebiscito fue aplastante, inesperado, lo que nos permite evaluar (hoy) que existe una fuerza electoral decisiva, unificada y poderosa que debe ser convocada una vez más para ganar no solo las elecciones presidenciales, también las elecciones de marzo del 2018. Todos sabemos que los militantes del CD, las bases conservadoras, cristianos, congregaciones católicas, víctimas de grupos terroristas, militares en retiro, ciudadanos defensores del ordenamiento jurídico y constitucional, votamos contra el acuerdo de impunidad acordado en La Habana. Esos ciudadanos en millones y los postulados del NO siguen activos y vigentes, los peligros del acuerdo entre Santos y las Farc son inminentes, lo que nos obliga como deber patriótico a remar en la misma dirección electoral.
Las bases conservadoras tienen claridad que el actual Directorio Nacional del Partido Conservador está al servicio de interés personales, burocráticos y contractuales, sus actuaciones y determinaciones en temas prioritarios para el país lo indican así, sus decisiones son contrarias al sentir de sus militantes y diametralmente opuesta a la doctrina conservadora. Los cristianos y católicos no dudan en defender su Fe, la esencia de la Familia, y otras virtudes teologales, siguen unificados, convocaran el deber ciudadano del voto a favor de partidos políticos afines a su doctrina religiosa. Los militares retirados, familiares de militares activos siguen preocupados por la carnicería judicial y la equiparación de los suyos con integrantes de grupos terroristas. Las victimas siguen siendo burladas e instrumentalizadas. Sectores de la productividad agrupados en cooperativas, gremios empresariales e industriales expresan preocupación por la debacle en el crecimiento e inversión económica que comienza a sentir el ciudadano de a pie. En fin, son diferentes las preocupaciones y afinidades ideológicas, comunitarias y políticas que permite convocar y agrupar electoralmente a millones de ciudadanos para votar y elegir la lista mayoritaria de Senado y un destacado número representantes a la cámara en los diferentes departamentos para logar mayorías en el nuevo congreso.
Marta Lucia Ramírez y Alejandro Ordoñez vienen realizando tarea ejemplar y maratónica. Conseguir firmas, dos millones, como lo anunció el doctor Alejandro Ordoñez es una victoria temprana y un mensaje poderoso en lo político, pero los dos solo obtendrán de la registraduria y el Consejo Nacional Electoral personería jurídica transitoria para sus propósitos presidenciales. Pregunta urgente y necesaria: ¿seguidores y firmantes de Marta Lucia y Ordoñez por quienes votaran en las elecciones de marzo? ¿Y los amigos y simpatizantes del Presidente Pastrana?
Sugiero respetuosamente a las directivas del CD, a los compromisarios designados por los expresidentes Uribe y Pastrana, a los mismos expresidentes, para que convoquen la unidad de esfuerzos, construyan consensos en medio de la diversidad, y realicen una sola campaña congresional a nivel nacional y regional entorno a los candidatos del CD para ganar las elecciones de marzo, eso se logra con votos, aplicando la operación matemática de sumar y multiplicar. ¡Es urgente y necesario!
Publicado: noviembre 27 de 2017