Santos dejará al país inundado de coca y lleno de asociaciones de “campesinos” lideradas por cocaleros indultados de las Farc.
Se creía que los paros y las marchas cocaleras eran cuestión del pasado. En el gobierno de Pastrana, los habitantes del sur de Bolívar –en las zonas rurales del San Pablo y Cantagallo- adelantaron un paro campesino para oponerse a las fumigaciones de los cultivos ilícitos.
Aquellas movilizaciones, que eran promovidas y respaldadas militarmente por estructuras pertenecientes a las desparecidas AUC, pusieron en jaque al gobierno de entonces al punto de quedar maniatado para iniciar un proceso de paz con el Eln, el cual estaba previsto adelantar en esa región del país.
Gracias a la política de seguridad democrática implementada en durante el gobierno del presidente Uribe, aquellas marchas y paros cocaleros se acabaron. La decisión del gobierno era la de combatir los cultivos ilícitos a través de la fumigación aérea y la erradicación manual y se logró el objetivo, llegando a menos de 40 mil hectáreas en todo el país.
Santos, que se rindió ante el narcotráfico de las Farc, suspendió las fumigaciones y el resultado salta a la vista: nuestro país se convirtió en un narcoestado inundado de plantas de coca, tal y como lo confirmó la DEA en su más reciente informe.
- Al respecto, lo invitamos a leer Hacia la legalización de la coca y El cartel de las Farc.
Luego de firmada la “paz” con las Farc, el problema del narcotráfico es cada vez más preocupante, por cuenta de la legalización que de facto hizo el gobierno de los cultivos ilícitos. A los terroristas le fueron entregando zonas veredales en regiones inundadas de coca, donde ejercen control férreo contra los campesinos a quienes, a través de las “disidencias” amenazan para que produzcan las cantidades de hoja de coca que se requieren para el procesamiento del clorhidrato de cocaína.
Un especialista de la policía nacional en la materia, le explicó a un periodista de LOS IRREVERENTES cómo está funcionando el negocio: “las zonas veredales de ‘normalización’ son unos lugares desde los que los antiguos cabecillas de las Farc lideran a los cocaleros. Desde allí, promueven acciones de tipo político para presionar al gobierno, como las marchas que se están registrando en el Catatumbo, en Norte de Santander, una de las regiones con mayor número de hectáreas cultivadas de Colombia”.
A través de supuestas asociaciones campesinas, los milicianos de las Farc que ahora posan de “disidentes”, están liderando paros en las carreteras de Norte de Santander. En dichos paros, se ha registrado la comisión de toda suerte de delitos, entre ellos la quema de vehículos.
Ese tipo de marchas son, en efecto una tragedia para la región, pues la economía queda totalmente paralizada. Los camioneros no pueden llevar sus cargas y los campesinos que no han sido sometidos bajo el yugo criminal de las Farc, pierden importantes oportunidades para vender sus productos.
Santos le aseguró al mundo entero que su acuerdo con las Farc significaría poner a Colombia en la ruta del pleno desarrollo. Una mentira más del gobernante de los colombianos que se rindió frente al terrorismo y retrocedió al país más de dos décadas en la lucha contra el tráfico de estupefacientes. Cuando salga de la presidencia, nuestro territorio será un mar de coca –con más de 200 mil hectáreas cultivadas- y las poblaciones estarán perfectamente controladas por poderosas “asociaciones” de campesinos comandados por cabecillas indultados de las Farc, encargados de proteger los cultivos ilícitos.
Publicado: noviembre 7 de 2017