Cada vez se hace más evidente la incapacidad mental de la candidata presidencial Claudia Nayibe López, para controlar sus emociones.
Vuelve y juega: la senadora y supuesta candidata presidencial, Claudia Nayibe López, tendrá que retractarse de uno de sus señalamientos temerarios, mentirosos y por supuesto bellacos. Esta vez, la víctima de su desafuero es el señor fiscal general de la nación quien acertadamente recurrió a la acción de tutela para hacer respetar su derecho a la honra y buen nombre.
Sin prueba ninguna, la senadora Claudia Nayibe lo acusó de ser parte de la Bacrim judicial o “cartel de la toga”, hecho que está lejos de ser cierto.
Como se ha dicho repetidamente en este portal, López ha construido su carrera política escupiendo infamias contra todos aquellos que no estén de acuerdo con ella. Todo el que tenga reparos sobre las exigencias de la comunidad homosexual –a la que ella pertenece-, es acusado de ser integrante los grupos paramilitares. Quien se atreva a discrepar de sus poco serenos argumentos, es sometido a sus gritos e insultos.
Quien no milite en sus controvertidas causas, inexorablemente termina acusado de corrupto. Lo curioso es que ella, que observó malos manejos administrativos cuando fungió como directora de Acción Comunal de Bogotá durante la primera alcaldía de Enrique Peñalosa, pretenda ser el látigo castigador de los corruptos.
En aquella ocasión, la “impoluta” López, fue sancionada por la contraloría y obligada reembolsarle al distrito un poco más de $100 millones de pesos.
A punta de argucias y maniobras bastante cuestionables, Claudia Nayibe logró, a través de una tutela, sacudirse de dicha sanción. Curioso que la “gladiadora” de la transparencia, emprenda ese tipo de artimañas para hacerle el quite a las decisiones adoptadas para castigar, precisamente, los actos de corrupción administrativa.
Contra la señora López cursan más de 30 procesos penales por los delitos de calumnia e injuria, sin contar los muchos que ya fueron archivados por cuenta de las retractaciones hechas por la denunciada.
El estilo de Claudia Nayibe es deplorable: cuando pierde el control –hecho que se presenta con mucha frecuencia-, escupe toda suerte e insultos e improperios que son, como corresponde, denunciados por la víctima ante las autoridades judiciales. Asustada por las consecuencias de sus actos, a través de sus abogados, Nayibe propone una retractación por escrito con la que “liquida” la acción penal.
Lo de López es un fenómeno mental que causa preocupación. Haciendo una composición de lugar, resulta en extremo delicado que una persona con esa incapacidad de contenerse, que pierde el control sobre si misma con tanta facilidad, pueda ser la gobernante de cualquier comunidad y mucho menos la jefe de un Estado.
Autoridades de distinta naturaleza, en las últimas semanas le han ordenado retractarse por sus afirmaciones carentes de sustento. La más reciente, del Tribunal Superior de Bogotá, corporación que la obligó a retirar las acusaciones infames y mentirosas contra el fiscal general de la nación. Deberá mantener en su cuenta de Twitter un trino retractándose de sus señalamientos contra Néstor Humberto Martínez.
En tiempos en los que tanto se habla de las “falsas noticias”, bueno sería que los “grandes medios de comunicación” que durante años enteros han aplaudido y le han celebrado a Nayibe López sus acciones contrarias a los consejos de la sana razón, deberían replantear su posición y aceptar que ella, con sus calumnias permanentes es, sin espacio alguno para la duda, la principal fabricante de falsas noticias de nuestro país.
Publicado: noviembre 14 de 2017