Con el fallo del Consejo de Estado queda rotundamente comprobado que en Colombia no es delito ni pecado ser de derecha, ¡es un error! Mientras el mismo tribunal absolvió a las cabezas más visibles de la izquierda: Gustavo Petro y Piedad Córdoba, mantuvo la destitución y la inhabilidad del doctor Fernando Londoño Hoyos.
La ponencia del Consejero de Estado, doctor César Palomino, que negaba las pretensiones que Londoño Hoyos impetró a través del medio de control de nulidad y restablecimiento del derecho, fue votada negativamente de manera mayoritaria por la Sala Plena de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado.
Pero al tiempo que esto ocurre, recordamos que la misma corporación decidió restituirle los derechos políticos a personajes como Piedad Córdoba, de quien los colombianos tenemos presentes sus arengas avivando a las Farc; y Gustavo Petro, el mismo que con su inoperancia permitió que Bogotá se convirtiera en un basurero.
Es deber explicarle a nuestros lectores por qué sobre Londoño sigue pesando una sanción disciplinaria que a todas luces es injusta. El doctor Fernando es un reconocido jurista, economista, político y periodista; actuó como representante judicial del consorcio italiano Recchi Grandi Lavori Fincoist hasta el año de 1997, tiempo más tarde se posesionó como Ministro del Interior y de Justicia en el primer gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez.
Durante su periodo como ministro, Londoño se percató que el Estado no cumplía con una sentencia del propio Consejo de Estado, esta sanción le generaba a la Nación intereses moratorios por el 44.5 anual, es decir que en dos años y tres meses la deuda duplicaba al capital debido.
Por esta razón fue que el ministro Londoño Hoyos dirigió una carta membreteada a su homólogo, el Ministro de Transporte Andrés Uriel Gallego (qepd), solicitándole que diera cumplimiento a la providencia judicial que afectaba la credibilidad del Estado en materia de inversión, pero los oponentes de vieja data vieron esto como una oportunidad perfecta para cobrarle a Londoño su verticalidad en la defensa de los principios conservadores.
Fue así como en 2004 la Procuraduría General de la Nación en cabeza de Edgardo Maya Villazón, a quien también nos referimos como el tartufo por su parecido con un personaje literario, decidió imponerle una sanción disciplinaria al ex ministro, por medio de esta destituyó e inhabilito a Londoño durante un periodo de 15 años para ejercer cargos públicos, alegando que el funcionario había incurrido en la conducta de tráfico de influencias y abuso de autoridad, cuando realmente su postura clara y transparente, sólo pedía que se cumpliera una sentencia judicial que desfavorecia a la Nación.
Edgardo Maya, el tartufo, el mismo que basado en presiones a los congresistas se hizo reelegir como procurador y produjo que se ampliara la ley para poder ser designado como Contralor General de la República, a pesar de superar los 65 años de edad, fue el personaje que inició esta cruzada siniestra.
Con este fallo queda comprobado, la justicia llora por un sólo ojo.
Publicado: noviembre 29 de 2017